El mes electoral inició con un ambiente de desconfianza y agotamiento social, explica la politóloga, Ana Paola Palada. A pocos días de las elecciones Palada, una profesional sampedrana y cofundadora de Centuria Consulting, dice que los sampedranos tendrán que escoger entre cinco perfiles de candidatos a alcaldes totalmente diferentes. En conversación con LA PRENSA analiza la situación política de la ciudad industrial.
¿Cómo analiza el ambiente electoral en San Pedro Sula?
El departamento de Cortés, con más de 1,210,00 votantes, mantiene la primera posición en el padrón electoral del país; en otras palabras, una parte decisiva del resultado del 30 de noviembre se definirá en la zona norte e industrial de Honduras. Históricamente, San Pedro Sula ha mostrado un perfil más empresarial que político, con una ciudadanía enfocada en el dinamismo económico y menos en la participación pública.
¿Hay un ambiente diferente a otras elecciones?
Si, este año el panorama se siente distinto. Las presiones económicas, el aumento en el costo de vida y el desgaste institucional han despertado un nuevo sentido de urgencia. La gente está más atenta, más crítica y, sobre todo, más dispuesta a involucrarse. Hoy vemos a organizaciones de sociedad civil juveniles impulsando campañas de concientización electoral, gremios empresariales sumándose activamente a procesos de observación electoral, y actores independientes del sector privado apoyando iniciativas ciudadanas que buscan transparencia y participación informada. SPS está más activa políticamente: pasó de la apatía a la acción, y de verse como espectador a entenderse como protagonista en un proceso electoral crucial para el país.
¿A qué deben apostarle los candidatos que buscan la alcaldía de SPS?
A la transparencia, la rendición de cuentas, el urbanismo moderno y la seguridad ciudadana. Durante años, las corporaciones municipales han estado envueltas en señalamientos por presunta malversación de fondos, contratos inflados y decisiones poco claras. Aunque en los últimos años la municipalidad ha avanzado hacia políticas de mayor apertura, aún persisten vacíos que generan desconfianza y requieren atención inmediata. Además, el crecimiento urbano desordenado ya es insostenible. El tráfico aumenta cada año y la protección ambiental, especialmente de la zona del Merendón, debe ser una prioridad estratégica. San Pedro Sula necesita un plan de urbanismo verde, que promueva una convivencia equilibrada entre industria, barrios y espacios públicos. Esto no solo mejoraría la estética y funcionalidad de la ciudad, sino que también generaría beneficios directos: movilidad más eficiente, áreas seguras para peatones y una mejor calidad de vida para los sampedranos.
¿Qué dice a los electores como experta en política ya en la ruta final?El mes electoral inicia con un ambiente de desconfianza y agotamiento social. Las instituciones políticas parecen jugar al filo del abismo mientras la ciudadanía observa con escepticismo. Pero si algo está claro, es que la credibilidad del proceso no la garantizarán los políticos ni los magistrados, sino la ciudadanía informada y vigilante. Frente al deterioro institucional, la ciudadanía debe reafirmar su papel como garante de la democracia. Fortalecer la veeduría ciudadana, promover la observación electoral y ejercer la denuncia responsable son pasos indispensables para proteger el derecho constitucional de defender el orden democrático. En momentos en que las instituciones titubean, la ciudadanía no puede quedarse al margen. La defensa del voto, la transparencia y la legalidad no se delegan: se ejercen.
¿Cómo analiza los perfiles de los candidatos a la alcaldía de San Pedro Sula?
Considero que hoy SPS enfrenta cinco perfiles muy distintos para la alcaldía, cada uno con luces y sombras, y con retos urgentes que pasan inevitablemente por la transparencia y la lucha contra la corrupción. El actual alcalde, Roberto Contreras, ha construido una fuerte conexión con la ciudadanía y ha impulsado proyectos de inversión social que le han generado amplio respaldo popular. Sin embargo, su gestión no está libre de críticas: enfrenta señalamientos sobre procesos administrativos poco claros, contratos cuestionados y una percepción creciente, sobre todo en redes sociales, de que parte de su exposición pública responde más al espectáculo político que a la institucionalidad.
Mientras que Junior Bárbara apuesta por reactivar el Plan Maestro de Desarrollo Municipal, elaborado por un consorcio durante la administración de Armando Calidonio. Aunque su propuesta se centra en infraestructura y desarrollo urbano, buena parte del debate alrededor de su candidatura se concentra en cómo se ejecutarán estos proyectos, especialmente considerando los antecedentes de falta de claridad y cuestionamientos que enfrentaron sus predecesores al implementarlos.
Finalmente, Rodolfo Padilla Sunseri regresa a la escena política con una trayectoria marcada por polémica. Su paso por la alcaldía entre 2006 y 2009 terminó empañado por acusaciones de abuso de autoridad y malversación, y aunque su retorno se da bajo una amnistía política, esto divide a la opinión pública: mientras algunos ven en él experiencia y un llamado a la unidad, otros no olvidan los procesos judiciales que rodearon su administración. Higinio Abarca del PINU y Delio Boquín de la DC son caras nuevas que ofrecen propuestas importantes también.
¿En qué basa su análisis de los perfiles de los candidatos a la Alcaldía de SPS?
Lo hago informándome a través de los canales oficiales de cada candidato, revisando sus planes de gobierno y propuestas concretas con ejes de acción claros. También consulto plataformas de información independientes que ofrecen perspectivas útiles sobre la percepción del electorado. Además, realizo consultas ciudadanas, monitoreo debates públicos, verifico antecedentes de gestión y analizo el panorama interno de cada partido para entender mejor su capacidad real de gobernanza y ejecución.