Es función de los custodios del Estado evitar problemas prevenibles y buscar solución permanente para los ya existentes. El problema de las placas vehiculares.
“Entré/en la Casa de la Justicia/de mi país/y comprobé/que es un templo/de encantadores de serpientes.../ Y todo/se consuma/bajo esa sensación de ternura que produce el dinero (Roberto Sosa, “La casa de la justicia”). Utilizando el género poético, el gran bardo de nuestra literatura supo captar, en breves palabras, el grado de creciente deterioro de que adolece el Poder Judicial hondureño.
En el exterior, solo unos 69.211 venezolanos estaban habilitados para votar -ante las innumerables trabas gubernamentales-, una mínima parte de los casi cinco millones de ciudadanos venezolanos, de los casi ocho millones que emigraron.
Cuando conducimos un vehículo automotor, la prudencia aconseja, además del sentido común, que estemos pendientes y alertas en todo momento mientras recorremos calles y avenidas: en un instante, sea por fatiga, distracción, atender llamadas telefónicas, cualquier percance.