17/04/2024
05:55 PM

La Lima no alcanza el desarrollo en décadas

No logra despegar porque más del 60% no paga impuestos, comunidades completas no cancelan el servicio de agua; inundaciones corren a la inversión privada.

La Lima, Cortés.

Después de cuatro décadas de haberse separado de San Pedro Sula para convertirse en municipio, La Lima no logró la suficiente capacidad económica para solventar los graves problemas que la golpean.

Tal como en estos días lo anhelan los habitantes de Cofradía; La Lima, que era parte de San Pedro Sula, se transformó en municipio en 1981 con la ilusión de forjar su propio destino lejos de la burocracia de la gran ciudad que los mantenía postergados.

Sin embargo, en cuarenta años, La Lima solamente creció ostensiblemente en población, de unos 30,000 a inicios de 1980 pasó a unos 80,000 en 2022. Mientras tanto, la decena de alcaldes que ha dirigido el municipio en toda la historia no logró instalar un sistema eficiente de agua potable, sistema de alcantarillado sanitario, mucho menos, construir sus propios muros de protección contra las inundaciones.

Después de eta y iota, algunas fábricas que quedaban cerraron operaciones.

En 1998, el huracán Mitch inundó completamente el municipio. Causó estragos en el área urbana y destruyó las plantaciones de banano en la periferia. Un nuevo episodio dramático vivió en 2020 cuando Eta y Iota azotaron el territorio hondureño.

Esos dos eventos le causaron cuantiosas pérdidas que no ha podido reponer por la escasa capacidad económica y técnica. Solo en el sector salud superaron los L3.5 millones en pérdidas, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

El gobierno de Ricardo Maduro construyó en los alrededores el Canal Maya para evitar las inundaciones que destruyen las obras privadas y públicas. También la municipalidad ha levantado tramos de bordos, pero han resultado contraproducentes.

Un centro de pujanza

110 millones de lempiras: Esta cantidad recaudó la municipalidad limeña en 2020 por concepto de impuestos y otros.

255 millones de lempiras: Presupuesto de 2020. Más del doble de la cantidad obtenida por la vía de los tributos.

Según el informe: “Evaluación de los efectos e impactos de la tormenta tropical Eta y el huracán Iota en Honduras” de la Cepal y otras organizaciones, “algunos de los barrios de este municipio se encuentran ubicados en depresiones del terreno cerradas parcialmente mediante sistemas de bordas de protección frente a desbordamientos. En caso de inundación de estas áreas, las bordas impiden el correcto drenaje del agua al río por lo que se producen inundaciones prolongadas”.

“La Lima, al separarse de San Pedro Sula, perdió oportunidades. Ahora es vista de manera aislada. Si fuera parte de San Pedro Sula, cuando ocurren esos fenómenos naturales que causan inundaciones, el gobierno se vería mucho más presionado por ser parte de San Pedro Sula, además, la municipalidad de esta ciudad tiene mayor capacidad económica y capacidad para negociar y desarrollar obras de protección”, dijo Eliseo Fajardo, jefe del Archivo Histórico Municipal de San Pedro Sula.

Tiene 40 años de ser municipio.

Durante estas cuatro décadas, un parque industrial abrió operaciones, llegaron los bancos. En los últimos diez años se instalaron gasolineras, negocios de comida, centros privados que ofrecen atención médica.

La actividad comercial aumentó, pero no mejoró la estructura productiva. Pese a que las condiciones topográficas son favorables, las grandes inversiones, que generan un mayor volumen de impuestos, no llegan por temor a las inundaciones.

“La mayoría de personas de afuera creen que La Lima solo es el casco urbano, también tiene colonias y aldeas donde no hay oportunidades de empleo, no llega el apoyo de la municipalidad y no ha habido apoyo de los gobiernos”, dijo Mauricio Izaguirre, habitante de Flores de Oriente, una comunidad que aún no se recupera de los daños causados por Eta y Iota.

La Lima, como otros municipios, no ha escapado de los escándalos de corrupción local o por abuso de autoridad. Por lo menos los alcaldes de los últimos 20 años, como María Alejandrina Meza, Arnold Cuéllar, Dilcia Fernández, Astor Amaya y José Santiago Motiño han tenido que rendir declaraciones ante el Ministerio Público o enfrentar juicios.

Oswaldo Martínez, exregidor municipal, plantea que La Lima posee condiciones para desarrollarse, “lamentablemente la corrupción y las inundaciones afectan el crecimiento”.

“Yo, como regidor, denuncié a un exalcalde por haber desviado L8.6 millones que había aportado el Banco de Alemania. Este es un ejemplo de corrupción. Además, los bancos no prestan dinero ni a las personas comunes para comprar casa en el municipio, menos a los empresarios para invertir porque es un municipio de riesgo por las inundaciones”, dijo.