Acciones previamente planificadas y concertadas por parte del partido político hoy en el poder fueron perpetradas en estos últimos días. La primera ocurrió cuando militantes de Libre, con antelación convocados, impidieron el ingreso a la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE) de las distintas empresas que presentarían sus respectivas ofertas para la administración del sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (Trep), tal como está incluido en el cronograma electoral, elaborado conjuntamente por los consejeros.
La segunda, cuando el presidente del Poder Legislativo autorizó el ingreso de una muchedumbre para impedir que tanto las consejeras Cossette López, titular del CNE, como Ana Paola Hall, convocadas al igual que el consejero Marlon Ochoa por el Congreso Nacional, informaran al pleno de parlamentarios respecto a la calendarización y avances logrados hasta ahora de cara al torneo electoral de noviembre.
A las dos damas se les impidió mediante gritos y denuestos sus respectivas exposiciones - viéndose forzadas a retirarse-, no así a la versión ofrecida por Ochoa, para inmediatamente después proceder a invadir el hemiciclo, en donde algunos diputados intercambiaron golpes e insultos.
Obviamente, se trató de una trampa, orquestada en detalle, de la cual Redondo es el autor ejecutivo, atendiendo órdenes superiores. Adicionalmente, diputados y diputadas de la oposición fueron física y verbalmente agredidos por la turbamulta en la plaza La Merced.
Si estas son las vísperas, ¿qué puede ocurrir en las semanas y meses subsiguientes?
Mayores cuotas de confrontación y agresión que pueden alcanzar dimensiones trágicas: hermano contra hermano, derramamientos de sangre fraterna.
La polarización e intolerancia están alcanzando niveles altamente peligrosos, que preocupan por igual a la hondureñidad como a las naciones amigas nuestras y a los organismos internacionales: ONU, OEA, Comunidad Europea. De no procederse a poner un alto a la actual confrontación, todo puede ocurrir, en sentido negativo, de aquí al próximo noviembre.
Tal clima incierto ha obligado a las distintas fuerzas opositoras a presentar un frente común, deponiendo discrepancias, para encarar la actual ofensiva que a todas ellas, y al resto de la ciudadanía, afecta en su derecho inalienable de elegir y ser electos en paz y en transparencia.