“Cuando te levantes por la mañana, piensa en el privilegio de vivir: respirar, pensar, disfrutar, amar”: Marco Aurelio.
Se debe valorar la vida, esto permite tener una buena salud mental, ayuda a fomentar su crecimiento personal y una mayor resiliencia.
El sello está en la apreciación que tengamos de la vida; podemos expresarlo a través del agradecimiento, lo cual se traduce en el “dar”.
Cuando logras dar a los demás forma parte de algo más grande que usted mismo, vive una vida llena de propósito y sentido. El no hacerlo puede disfrazar la vida y vivir algo fugaz. Pero cuando estás dispuesto a dar y darse, es allí donde logras crecer y evolucionar, pues solo aquellos que no solo dan, sino que se entregan en esta vida, son personas que nunca son olvidadas por nadie y recuerdan todo. Si no puede dar recursos, puede dar su tiempo o dones.
Estoy seguro de que las respuestas llegarán a su vida. Está comprobado que las personas que valoran la vida están más en armonía con la felicidad, experimentan una reducción del estrés y mayor resiliencia emocional. Si se valora la vida le hace apreciar lo que tiene y le impulsa a seguir luchando por lo que desea.
La vida nos da momentos únicos y personas especiales; es importante reconocerlo y ser agradecidos, ya que el simple hecho de estar vivos es un privilegio. La vida nos ofrece desafíos, pero también momentos de realización personal. Fomenta la salud mental, mejora las relaciones, enseña a vivir un mejor presente, ayuda a practicar el amor propio y hacia el prójimo, desarrolla la autocompasión. “La vida es como un espejo: si le sonríes, te devuelve la sonrisa”, Jim Morrison.
La declaración del profeta Jeremías es: “Te conocía aún antes de haberte formado en el vientre de tu madre; antes que nacieras te aparté y te nombré profeta a las naciones”, Jeremías 1:5 RVR60.
