Honduras
Acceso con registro
Las nuevas generaciones de hondureños impulsan al país hacia una economía digital al optar por un menor uso de dinero en efectivo y una mayor utilización de tarjetas de crédito, tarjetas de débito y plataformas en línea para transacciones financieras y comerciales.
Cifras de la Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CNBS) reflejan que la cantidad de tarjetas de débito creció de 1,925,280 en 2012 a 7,433,644 en septiembre de 2025, mientras que el número de tarjetas de crédito pasó de 694,953 en 2012 a 1,219,679 en septiembre de 2025.
El cambio en los hábitos financieros de los hondureños obedece a las fuertes inversiones de los bancos en servicios digitales, el mayor acceso a internet y la expansión de la infraestructura de telecomunicaciones que ha permitido a los usuarios disponer de más teléfonos inteligentes para realizar transacciones financieras.
El Gobierno, a través de la CNBS, impulsa la digitalización de los servicios y el acceso equitativo a productos financieros: el 5 de junio, esa institución lanzó la Estrategia Nacional de Inclusión Financiera 2025-2030, que plantea como objetivo que el 70% de las entidades supervisadas ofrezcan productos y servicios digitales adaptados a sectores vulnerables.
Especialistas en finanzas, consultados por La Prensa, consideran que el aumento de 286% en tarjetas de débito entre 2012 y 2025 refleja un avance en la inclusión financiera, en particular entre poblaciones tradicionalmente excluidas como mujeres, adultos con bajos ingresos y habitantes de zonas rurales.
José Luis Dubón Tejada, consultor contable y financiero de la empresa Bills Office 17 de San Pedro Sula, dice que la nueva generación de hondureños no sólo usa tarjetas, sino que exige herramientas digitales para realizar operaciones y facilitar los procesos.
"Vivo eso en lo personal: los empleados jóvenes de las empresas que atiendo exigen el uso de herramientas digitales para realizar operaciones financieras. También vemos que los hijos les dicen a sus madres y padres y a los abuelos que usen la banca en línea. La generación de 2002, por ejemplo, es full tenología", dice.
Expertos, como Dubón, plantean que el crecimiento moderado pero sostenido en tarjetas de crédito sugiere confianza en el sistema crediticio y un fortalecimiento del consumo interno, aunque también evidencia brechas en el acceso al crédito formal en grupos de ingresos más bajos.
Así como destaca el papel de los jóvenes para llevara al país a un escenario digital, Dubón Tejada estima necesario vigilar su nivel de endeudamiento porque muchos, por inmadurez o inesperiencia, aceptan tarjetas de crédito de los bancos sin ejercer control de las compras que luego concierten en saldos impagables.
A nivel global, el informe Global FindexDatabase 2025, publicado recientemente por el Banco Mundial, advierte que en las economías de ingresos bajos y medios la rápida expansión del crédito formal, incluyendo tarjetas y plataformas digitales de préstamos, ha favorecido la inclusión financiera, pero al mismo tiempo ha generado preocupación por el sobreendeudamiento.
“El 18% de los adultos en estas economías que accedieron a préstamos formales reportaron dificultades para cumplir con los pagos en el último año, con tasas más elevadas en regiones con limitada alfabetización financiera, como Asia Meridional (22%) y África Subsahariana (20%). Esto subraya la necesidad de fortalecer la educación financiera y los marcos regulatorios que mitiguen riesgos de endeudamiento excesivo, en especial en poblaciones vulnerables”, señala el informe.
En Honduras, la CNBS registró al 31 de julio de 2025 una cartera de tarjetas de crédito de L80,557,326,282, compuesta por L73,223,087,355 en moneda nacional y L7,334,238,926 en moneda extranjera. Las deudas atrasadas y vencidas alcanzaron L2,259,314,873, integradas por L2,068,777,855 en moneda nacional y L190,537,018 en moneda extranjera. El nivel de mora equivale al 2.8%.
Expertos sostienen que el crecimiento en el uso de tarjetas refleja un cambio generacional: jóvenes con mayor conexión a internet y acceso a teléfonos inteligentes adoptan pagos digitales a un ritmo acelerado. Estos hábitos repercuten en diversos sectores de la economía nacional, con impacto directo en el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE).
Durante el segundo trimestre de 2025, la actividad económica nacional medida por el IMAE alcanzó un crecimiento de 3.9%. Según el Banco Central de Honduras (BCH), la Intermediación Financiera, Seguros y Fondos de Pensiones reportó una variación acumulada de 10.8%, atribuida al alza en ingresos por intereses de préstamos, mayor uso de tarjetas de crédito, dinamismo en contratación de seguros personales y vehiculares, y buenos rendimientos de institutos de previsión social.
El Comercio presentó una variación positiva de 1.6%, impulsada por mayores ventas de alimentos, abonos, productos farmacéuticos y maquinaria eléctrica. Este comportamiento se apoyó en el ingreso disponible de los hogares, nutrido por salarios, remesas y financiamiento con tarjetas de crédito.
Karen Enamorado, de 25 años, dedicada al comercio de ropa, dice que “hace algunos años, cuando alguien utilizaba la tarjeta de crédito la gente lo interpretaba como un signo de problemas económicos, ahora la mayoría de personas usan tarjetas para comprar lo que consumen, es menos riesgoso y más cómodo”.
“Nuestros padres y abuelos no lograron conocer estas comodidas. Antes todo lo pagaban con efectivo. Hoy pagamos con tarjetas y hay quienes tienen la tarjeta virtual en el teléfono. Usamos botones de pago que hace unos años no los conocíamos, hay muchas opciones en este mundo digital", dice.
En el ámbito regional, Costa Rica lidera con el menor uso de efectivo, donde únicamente entre el 55% y 60% de las transacciones las realizan con dinero físico, gracias a un nivel de bancarización del 80% y un sistema robusto de pagos electrónicos. Panamá ocupa el segundo lugar, con un 60% y 65% de transacciones en efectivo, favorecido por su economía dolarizada y la alta adopción de tarjetas.
El Global Findex 2025, basado en encuestas a 145,000 adultos en 141 países, muestra que el 79% de los adultos en el mundo ya dispone de una cuenta financiera, un aumento del 5% desde 2021, impulsado por la tecnología móvil.
Suecia y China se posicionan a la vanguardia, con menos del 10% de sus transacciones en efectivo, apoyados en pagos móviles y en monedas digitales de bancos centrales (CBDC) en desarrollo, una tendencia que presiona a países como Honduras a acelerar su transición.
El uso creciente de tarjetas y transacciones electrónicas, como transferencias desde aplicaciones bancarias, ha reducido los asaltos a personas y empresas en el país. No obstante, el repunte de fraudes financieros en 2024 y 2025 impactó a miles de usuarios, un desafío que acompaña el proceso de digitalización.