Entre las pruebas documentales presentadas en el proceso que se les sigue a once implicados en el asesinato de José Octavio Sosa Méndez y sus once guardaespaldas están los informes de los agentes de la Unidad Nacional Antisecuestros (Unas) en los que se establece que en una casa de José Bernabé Acevedo Murcia, alias Berna, tuvieron en cautiverio a las víctimas antes de matarlas.
Las diligencias realizadas por los agentes llevaron a establecer en primera instancia la existencia del delito de secuestro de Sosa Méndez, hermano del extraditable José Rafael Sosa Méndez, y sus escoltas en Baracoa, el cual fue planificado por la organización criminal conocida como la Banda de Berna.
Establecer ese extremo permitió a los investigadores develar la participación de los ahora encausados en varios ilícitos relacionados con esa estructura delictiva.
Cuando los policías buscaban a las víctimas en los sectores de Tapón de los Oros, Ramal del Tigre y a las orillas del río Ulúa, en Tela, Atlántida, lograron que testigos les mostraran fotografías en las que se veían dos de las víctimas identificadas como Mario Samuel Duarte Paguada y Santos Josué López, ambos siendo sometidos por los secuestradores y uno de ellos ya sin vida.
En las actas presentadas por los fiscales ante la jueza que conoce el caso se establece que el 15 de junio los agentes antisecuestros dieron con el paradero de una vivienda en uno de los sectores donde los agentes estaban realizando labores de búsqueda de las víctimas.
Según los pobladores, dicha casa es propiedad de José Bernabé Acevedo Murcia, alias Berna, sindicado por la Policía como el principal cabecilla del grupo criminal que secuestró y mató a Sosa Méndez y a sus acompañantes.
En la requisa hecha por los policías en el inmueble ubicado en la aldea Crique Las Marías, en Tela, recolectaron indicios de las víctimas, logrando establecer que la casa funcionó como lugar de cautiverio de los secuestrados.
Los agentes de la Unas también recolectaron en el caserío Arenales del sector Ramal del Tigre múltiples indicios relacionados con las víctimas donde, según el informe de los policías, pudieron observar que para eliminar las evidencias estas fueron incineradas por los secuestradores.
Las averiguaciones de la Policía establecen que Sosa Méndez y sus acompañantes fueron interceptados el 12 de junio por miembros de la Banda de Berna en los bajos de Baracoa y llevados al sector de la aldea Crique Las Marías donde los torturaron y tras matarlos con saña tiraron sus cuerpos al caudaloso río Ulúa.
Escuchas y extracciones de celulares entre las principales pruebas
El Ministerio Público acusó a 23 personas, de los cuales once están en prisión bajo el cargo de asociación para delinquir.
El MP en su acusación establece que todos los acusados son parte de la Banda de Berna. Entre las principales pruebas presentadas por los fiscales contra los imputados en prisión están las escuchas y extracciones de sus teléfonos celulares.
En la acusación, el MP expone que a los encausados se les individualizó porque hay escuchas telefónicas donde ellos están hablando directamente de la comisión de actos delictivos.
En uno de los celulares encontraron fotografías de masacres ocurridas en el sector de Baracoa y El Ramal del Tigre en Tela, que es la zona donde opera la Banda de Berna.
En los dispositivos móviles también hallaron más de 400 fotografías de armas y pornografía infantil.
Los imputados son Noé Guevara Castellanos (de 35 años), Marvin Javier Banegas Jaén (de 47), Gamael Odil Rodríguez Solórzano (de 49), Ángel Miguel Inestroza Coleman (de 39), Víctor Manuel Marquez Lizama (de 40), Juan Ángel Chicas García, Luis Edgardo Martínez Lezama (de 32), Jorge Ezequiel Meza Díaz (de 33) y Sindy Maesy Martínez Ortez (de 36).
Las indagaciones de la Unas establecen que de los once acusados que enfrentan el proceso, unos proporcionaron armas y logística, otros jugaron el papel de “banderas” pasando información de los movimientos de Sosa y sus guardaespaldas y los demás participaron directamente en el múltiple crimen.
Es una lucha de poder entre narcos: Seguridad
De los 23 acusados nueve de ellos andan prófugos, incluyendo al exoficial de policía Carlos Núñez Vega, alias Caluy, que era el segundo en mando en la Banda de Berna, según las indagaciones policiales.
Tres de los acusados, entre ellos Berna, fueron asesinados el 10 de octubre en la aldea Tegucigalpita del municipio de Victoria, Yoro, y de acuerdo a las indagaciones de la Policía, su crimen fue en venganza por la muerte de Sosa Méndez y sus escoltas.
Las averiguaciones de la Policía establecen que Sosa Méndez y sus acompañantes fueron interceptados el 12 de junio por miembros de la Banda de Berna en los bajos de Baracoa y llevados al sector de la aldea Crique Las Marías donde los torturaron y tras matarlos con saña tiraron sus cuerpos al caudaloso río Ulúa.
Las pesquisas policiales indican que Sosa y sus acompañantes, cuyos cuerpos no han aparecido, llegaron a Baracoa a ver unos terrenos que iba a comprar el hermano del extraditable.
Cinco días después, o sea el 17 de junio, un grupo de 50 hombres vestidos de militares y con armas de grueso calibre, secuestraron a 14 vecinos de la aldea Crique Las Marías, en venganza por la privación de libertad de Sosa Méndez y sus guardaespaldas.
El ministro de Seguridad, Gustavo Sánchez, ha detallado y sostiene que las investigaciones revelan que ambos casos están relacionados y es producto de una lucha de poder entre dos organizaciones dedicadas al narcotráfico.
El caso de las 14 personas desaparecidas de la aldea Crique Las Marías, cuya indagación está a cargo de la agencia Técnica de Investigación Criminal (Atic) sigue en la impunidad.
