El Premio Quetglas 2025 fue entregado ayer jueves en una emotiva ceremonia realizada en el Salón Jordan, del Club Hondureño Árabe de San Pedro Sula, donde los de asistentes se reunieron para reconocer el servicio silencioso, la dedicación y la entrega de hondureños que transforman vidas desde la caridad y la esperanza.
Esta décima segunda edición del galardón reunió a familiares, líderes comunitarios, empresarios, representantes de organizaciones sociales, socios estratégicos e invitados especiales, quienes celebraron juntos el espíritu de solidaridad que inspira este homenaje anual.
El máximo reconocimiento del Premio Quetglas 2025 fue otorgado a Zoila Lagos, de la Asociación de Apoyo <Mutuo entre Mujeres de Honduras (Apomuh), cuya trayectoria ejemplar en el servicio social la convirtió en la escogida del comité evaluador.
Su labor, caracterizada por el acompañamiento a poblaciones vulnerables, la entrega desinteresada y la acción constante en favor del bien común, representa un testimonio vivo de que la caridad sigue siendo una fuerza transformadora en Honduras.
La galardonada se suma así a una lista de hombres y mujeres que, año tras año, han recibido este premio por encarnar los valores de amor, dignidad y justicia que impulsaron la misión del padre Antonio Quetglas (QDDG).
Zoila Lagos, de la Asociación de Apoyo Mutuo entre Mujeres de Honduras, ha liderado iniciativas de apoyo y empoderamiento femenino en contextos de vulnerabilidad en Choloma.
Por su parte, Mauricio Isaí Fernández, de la Asociación Semillas Triunfadoras, ha trabajado en la formación de jóvenes mediante programas de desarrollo humano y liderazgo comunitario.
En esta edición, también destacaron otros dos finalistas cuyas historias emocionaron al público y reflejaron diversas formas de servicio a la comunidad. Sandra Bastidas, desde Casa Taller Sindamanoy, ha acompañado procesos formativos y de reinserción mediante el arte y el trabajo manual.
Los nominados han demostrado que el servicio, cuando nace del corazón, puede convertirse en una luz poderosa para quienes más lo necesitan.
La Fundación Obras Sociales Vicentinas (OSOVI) subrayó que esta duodécima edición adquiere un significado especial al llevarse a cabo en el marco del Año Jubilar 2025, proclamado por el papa Francisco bajo el lema “Peregrinos de la Esperanza”. Este contexto invita a redescubrir la caridad como un camino de transformación del mundo y como una expresión auténtica de fe y misión cristiana.
El premio, que lleva el nombre del padre Antonio Quetglas, es también un homenaje al legado de este misionero vicentino, cuya vida fue un testimonio constante de amor al prójimo, compromiso pastoral y defensa de la dignidad humana, especialmente entre los más pobres.
En su discurso, el presidente de OSOVI, padre Fausto Henríquez, destacó la importancia de recuperar el sentido profundo de la caridad en tiempos marcados por desigualdades, conflictos y desafíos sociales.
“Los cristianos, siguiendo el ejemplo del Señor, debemos peregrinar hacia los pobres, urgidos por la caridad que quema por dentro. La caridad pone lo que le hace falta a la justicia; no es dar limosna, sino darle sentido a la vida de los pobres”, expresó, recordando que el servicio auténtico es una forma de evangelización que transforma tanto al que da como al que recibe.
El proceso de nominaciones para el Premio Quetglas 2025 se desarrolló entre el 23 de septiembre y el 30 de octubre a través del sitio oficial del galardón, donde también se detallan los criterios y bases de la convocatoria.
Un comité especializado evaluó cada perfil con rigurosidad y seleccionó a los tres finalistas que, tras una revisión exhaustiva, fueron presentados en la gala de premiación antes de anunciar al ganador durante la ceremonia del 20 de noviembre.
La velada no solo reconoció el trabajo de los nominados, sino que también reafirmó la misión del premio como una plataforma destinada a visibilizar a quienes, desde la discreción, la fe y la entrega cotidiana, contribuyen a la transformación de comunidades enteras.
La historia de cada participante reflejó el impacto de la solidaridad organizada y la importancia de promover iniciativas que fortalezcan la inclusión, la justicia y el respeto por la dignidad humana.
El Premio Quetglas 2025 fue posible gracias al patrocinio del Grupo Financiero Ficohsa, patrocinador oficial del evento, así como al respaldo de empresas como Emsula, Grupo Elcatex, Lovable, Pacer, Dug, Alanza, CASW, UNO, Cemento Bijao, ICCE y Costa’s Burger. Como media partners participaron Televicentro, Emisoras Unidas, LA PRENSA y El Heraldo, quienes acompañaron la difusión y cobertura del evento, reafirmando el compromiso colectivo de promover acciones solidarias en beneficio del país.