La Sociedad Alemana para una Muerte Digna informó hace una semana sobre el deceso de las hermanas Alice y Ellen Kessler en presencia de su médico y su abogado.
Este tema de la eutanasia es de lo más polémico y jamás podríamos ponernos de acuerdo.
Sin embargo, si hacemos una encuesta a personas mayores de 50 años sobre las cosas que más temen a estas alturas de sus vidas, veremos que una buena mayoría de ellas, si no es que todas, coinciden en que algo que les aterra es envejecer mal, perder las facultades físicas y mentales, quedar postrados en una cama, depender de otros hasta para las cosas más básicas. Y he aquí una de las razones por las cuales más y más países están analizando la posibilidad de permitirla.
Los que están a favor alegan no querer someterse a la lástima de los otros, a posibles malos tratos ni a un terrible dolor crónico.
Las hermanas Kessler, quienes por cierto eran gemelas y únicas hijas, fueron muy famosas en las décadas de los 50 y 60, ya que tenían talento para cantar, bailar y actuar, además de su espectacular físico. Tanto en su natal Alemania como en Francia, Italia y otros países europeos, estas chicas arrasaban con un público que las adoraba y que asistía a verlas donde fuera que presentaran su show.
El tiempo de las “vedettes” fue uno muy luminoso para ellas, ya que su trabajo les generaba fama, admiradores por doquier y dinero en abundancia, y para muestra un botón: Blaze Starr en Estados Unidos, Lyn May, Olga Bresskin y Saha Montenegro en México, por poner solo unos ejemplos. Esta última hasta llegó a casarse con un expresidente. Y quién pudiera olvidar a la despampanante Gina Montes en el “intro” de “La carabina de Ambrosio”.
Eran mujeres hermosas que no temían al escándalo que generaba su profesión en unas sociedades por demás conservadoras como lo eran las de esas épocas.
Por cierto que, según datos de esos días, la edición de Playboy de 1976, dedicada a Alice y Ellen, ¡se agotó en tres horas! Pero además de atractivas tenían personalidades encantadoras.
Y bueno, sumado a todo lo anterior, las hermanas Kessler también eran metódicas y prácticas, pues resulta que, desde hacía ya un tiempo, habían decidido que morirían juntas, así que escogieron una fecha para dicho suceso, también dejaron estrictas órdenes para su incineración y depósito de sus cenizas en la misma urna, donde también están las de su madre y su perrito Yellow. Probablemente, la delicada salud de Ellen, quien había sufrido un accidente cerebrovascular, apresuró esta decisión. Tenían 89 años, expresaron su deseo de evitar la dependencia de cuidados. Igualmente dejaron todo organizado para que su fortuna fuera destinada a causas benéficas.
La eutanasia y el suicidio asistido están ya legalizados en países como Bélgica, Luxemburgo, Países Bajos, Austria, Canadá, Suiza, Portugal, Alemania, España, Uruguay, Colombia y Ecuador. Estados Unidos lo permite en varios de sus estados; Hawái, Montana, Maine, Nueva Jersey, Oregón, California, Nuevo México y Washington.