Honduras enfrenta un reto estructural: más de 32 tipos de tasas, multas e impuestos gravan los trámites de ciudadanos y empresas, generando costos adicionales, frenando inversiones y reduciendo competitividad. A esto se suma un aparato burocrático lento y poco transparente que desanima a la ciudadanía.
La respuesta no está en aumentar recursos, sino en optimizar los existentes mediante el Gobierno Digital y la Inteligencia Artificial (IA) como política de Estado. El Gobierno Digital implica simplificar procesos, eliminar barreras y ofrecer servicios accesibles y transparentes.
La IA es el catalizador de esta transformación: analiza datos masivos en tiempo real para detectar irregularidades, optimizar recursos y anticipar necesidades. En la práctica, significa auditorías automáticas que previenen corrupción, análisis predictivos para mejores políticas y atención ciudadana 24/7 con asistentes virtuales.
Las cifras muestran la magnitud del problema: conseguir una licencia de importación demora 38 días, un permiso de construcción 81 y una licencia de operación 49. El 22% de las empresas ha recibido solicitudes de soborno, y la emisión de licencias ambientales puede tardar de 9 meses a 2 años, bloqueando proyectos por L4,145 millones y afectando 14,000 empleos.
En lo digital, Honduras está en el puesto 142 de 193 en el Índice de Desarrollo de Gobierno Electrónico 2024 de la ONU. Además, obtuvo 22/100 en el Índice de Percepción de la Corrupción, su peor registro histórico.
La Inteligencia Artificial puede revertir esta situación con soluciones concretas, como la implementación de sistemas de control aduanero inteligente para identificar mercancías sospechosas antes de su ingreso, el uso de algoritmos predictivos en salud para anticipar y prevenir la escasez de medicamentos, y la incorporación de asistentes virtuales que guíen al ciudadano en línea para realizar sus gestiones sin filas ni intermediarios, reduciendo así tiempos, costos y oportunidades de corrupción.
Con modelos predictivos que prevengan cuellos de botella, detección de anomalías en tiempo real y plataformas interoperables, Honduras tiene la oportunidad de dar un salto cualitativo hacia un Estado moderno. No se trata de una opción tecnológica futurista, sino de una decisión política urgente: apostar por un Gobierno Digital con Inteligencia Artificial para devolver transparencia, agilidad y confianza a la gestión pública, y para que cada ciudadano vea reflejado, en servicios y resultados, el verdadero valor de sus impuestos.