Experto en felicidad

Y es precisamente ese espíritu suyo tan impetuoso el que irónicamente contrasta con el de Mo Gawdat, quien es considerado un experto en felicidad.

  • 13 de julio de 2025 a las 00:00 -

Simon Sinek, escritor y motivador inglés, tiene muchas cosas interesantes que decir y es de esas personas que practican la coherencia; es decir, lo que piensan, hablan y hacen, están en sintonía. Da gusto escucharlo hablar mientras se aprende exagerado. Además de que tiene una risa muy peculiar y contagiosa.

Y es precisamente ese espíritu suyo tan impetuoso el que irónicamente contrasta con el de Mo Gawdat, quien es considerado un experto en felicidad, pero que no irradia tanta alegría que digamos. Tal vez porque alegría y felicidad no son exactamente lo mismo, ya que la primera es un poco más efímera que la otra. De todas maneras, se ve que el señor Gawdat se toma el asunto de ser feliz muy en serio, y así lo hizo ver en el “podcast” de Sinek, en el que ambos sostuvieron una conversación, por demás exquisita.

Cabe resaltar el auge que están teniendo este tipo de formatos, donde existe un anfitrión experto en ciertos temas e invitados que refuerzan los mismos mientras conversan de la manera más relajada y natural posible. Son una maravilla, y la verdad es que no es algo del todo novedoso, los “podcasts” existen desde hace muchos años, es solo que la aparición de las redes sociales digitales ha facilitado su divulgación, y qué bueno que así sea.

Total, que tanto Simon Sinek como Mo Gawdat hablaron de todo un poco en este episodio que menciono, pero todo relacionado a encontrar la tan publicitada y escurridiza felicidad.

Entre otras cosas, mencionaron la importancia de buscar espacios donde se pueda practicar el silencio o el no hacer nada, por ejemplo. Hablaron de darnos cuenta de que las emociones más agradables las experimentamos cuando nos enfocamos en el aquí y el ahora. Que la tristeza, la nostalgia, nos viene de vivir en el pasado y la ansiedad y angustia por precipitarnos al futuro. Que no es necesario retirarse a un monasterio para meditar, lo hacemos cada vez que nos damos cuenta de lo que sucede a nuestro alrededor, cuando comenzamos a poner atención a las cosas más pequeñas e “insignificantes”, cuando comenzamos a sentirlas.

Y desde luego que en una plática como esta, la mente y su poder no podían quedar excluidos. Hablaron también de la importancia de descubrir cuáles son esas cosas que necesitamos remover de nosotros para convertirnos en lo que queremos ser. Esto me hizo recordar el oficio del escultor, que para lograr su cometido necesita antes deshacerse de todo lo que ese pedazo de piedra o mármol tiene de sobra.

Coherencia, entusiasmo, meditación, calma, autocontrol. Vaciar, soltar y todo lo que haga falta para transitar nuestro camino siendo lo más alegres y felices que podamos ser. Difícil sí, pero no imposible.

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