El hurto de energía continúa siendo la principal causa de pérdidas económicas para la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (Enee) en Honduras.
Pese a los esfuerzos realizados, las pérdidas de la estatal no solo no han disminuido, sino que aumentaron un 35.83% a junio de 2025, lo que equivale a 40,016.6 millones de lempiras. Expertos proyectan que la Enee podría cerrar el año con pérdidas cercanas al 34.40%.
Una de las metas del Programa Nacional de Reducción de Pérdidas (PNRP), creado en 2022, es combatir el hurto de energía mediante la instalación de medidores inteligentes en zonas donde antes no existían. Sin embargo, miles de hondureños aún carecen de medidor: algunos no pagan por la energía que consumen y otros lo hacen mediante facturas promediadas.
La Enee registra 1,832,819 abonados con contador a nivel nacional. De ese total, 177,369 pertenecen a San Pedro Sula. En cuanto a los clientes con facturación promediada, la estatal reporta 310,130 en todo el país, de los cuales 40,683 corresponden a esa ciudad.
Esto significa que miles de usuarios consumen energía sin pagarla. Se estima que el 24% de las pérdidas de la Enee se deben al robo de energía.
Expertos señalan que en muchas zonas del país el PNRP aún no ha logrado instalar medidores, ya que el programa se ha concentrado en áreas residenciales, dejando fuera sectores populosos donde el hurto de energía es más frecuente.
El programa adquirió medio millón de contadores, pero hasta 2023 solo se habían instalado 158,814 medidores. No obstante, en 2024 las autoridades de la Enee informaron que ya se habían colocado más de 400 mil, es decir, más de 300 mil en un solo año, y que actualmente suman 590 mil instalados.
Es importante destacar que esa cifra incluye reposición y cambio de contadores, por lo que surge la duda de cuántos fueron instalados en lugares donde no existían previamente.
Según el informe de fiscalización de la gestión comercial y atención a usuarios elaborado por la Comisión Reguladora de Energía Eléctrica (CREE) al 30 de junio de 2025, los cobros excesivos continúan siendo la principal queja de los abonados. Le siguen los reclamos por facturación errónea o promediada, solicitudes de nuevo servicio sin atender y medidores dañados, entre otros.
Algunos abonados denuncian demoras en el proceso de instalación de medidores, pese a haber cumplido con los requisitos. Este trámite, que debería ser ágil para reducir el hurto de energía, suele resultar lento y engorroso.
Una persona natural debe presentar fotocopia de la escritura pública o documento legal que acredite la titularidad del inmueble, los números de medidores o códigos de clientes de los vecinos contiguos y un croquis de ubicación. Si es inquilino, debe adjuntar un contrato de arrendamiento y la autorización autenticada del propietario. Además, si el solicitante ya cuenta con otro suministro, debe estar al día en sus pagos.
La base del medidor debe colocarse a una altura de 1.80 metros, visible y accesible las 24 horas del día, en el límite de la propiedad. En el caso de las empresas, los requisitos son aún más estrictos.
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Voces Ciudadanas
LA PRENSA consultó a la ciudadanía en redes sociales sobre cómo califican el trabajo de la Enee en la instalación de contadores. La mayoría lo considera deficiente.
“Muy mal, a mí me cambiaron los medidores y el técnico quebró la base y así lo dejó, son irresponsables”, expresó Antonio Gómez.
Lisbia Peña relató que hay personal sin experiencia en la lectura de contadores.
“En mi colonia pasaron cuatro veces en un mes leyendo los medidores sin dejar el recibo, justificando que no tenían papel. A la quinta vez cobraron 45 días con dos montos y luego una sexta lectura que duplicó el cobro. El recibo llegó con tres facturas, como si debiéramos tres meses, y en las oficinas dijeron que no se podía hacer nada”.
Otra usuaria, Magda Sierra, denunció que al cambiarle el medidor por uno digital, su factura aumentó automáticamente. “Pusieron contadores nuevos solo para cobrar más”, afirmó.
Lila Urbina calificó el servicio como “pésimo”. “Tenemos cuatro meses esperando que nos pongan un medidor y ni esperanzas, aquí en San Pedro Sula”.
Victoria Castañeda también compartió su experiencia: “Terrible. Pasa más de medio año para que instalen el medidor y después hay que esperar otro tanto para que den la clave del usuario”.
Avances tecnológicos
En 2024, el PNRP y la ENEE comenzaron a instalar en San Pedro Sula, Tegucigalpa, La Ceiba, Juticalpa y Choluteca un moderno sistema denominado AMI (Infraestructura de Medición Avanzada). Este mecanismo permite la lectura, corte y reconexión remota desde el sistema comercial y tiene como objetivo principal evitar el robo de energía eléctrica.
Según la estatal, se dio prioridad a las zonas con mayores pérdidas por robo. En San Pedro Sula, las residenciales San Roberto de Sula, San Carlos de Sula, Jardines del Valle y El Country ya cuentan con este sistema, aunque se desconoce el porcentaje total de cobertura del programa.
Opinión de expertos
Samuel Rodríguez, empresario de energía renovable, afirmó que la falta de sanciones penales favorece la reincidencia en el hurto de energía.
“La ley es muy blanda. La Enee pierde mucho por la reincidencia, y los medidores dañados no se cobran. Habría que analizar por qué el proceso de reducción de pérdidas es tan lento y qué obstáculos existen”, señaló Rodríguez.
Por su parte, Kevin Rodríguez, experto en energía, manifestó que aunque el PNRP cuenta con recursos económicos, logísticos y humanos, no está cumpliendo su meta de reducir pérdidas.
“El compromiso es atacar el hurto de energía mediante revisiones e instalación de medidores donde no los hay. Todos los días hay solicitudes, pero habría que ver si realmente se están colocando donde por años no existían”, advirtió.
Añadió que la Enee realiza inversiones en subestaciones, circuitos y transformadores, pero esas mejoras se reflejan en generación y distribución, no en la reducción de pérdidas.
“Si los índices aumentan, es claro que el problema no está en la infraestructura, sino en el robo de energía”, apuntó.
Miguel Aguilar, presidente del Sindicato de la Enee (Stenee), indicó que el programa de reducción de pérdidas debe ser más eficiente y que la empresa necesita aumentar su base de facturados para enfrentar sus millonarias deudas.
“El problema es que quienes dirigen el PNRP no tienen experiencia en campo ni en el sector energético. Eso es fundamental si se quiere recuperar ingresos y reducir pérdidas”, sostuvo Aguilar.