Honduras deja de producir más de un millón de quintales de arroz

De 1.5 millones de quintales logrados en 2015, arroceros hondureños pasaron a producir solamente medio millón (al 31 de diciembre de 2024) para un mercado que demanda por lo menos 5 millones de sacos al año.

Honduras deja de producir más de un millón de quintales de arroz
San Pedro Sula, Honduras

La producción de arroz sigue cayendo dramáticamente y llevando a Honduras a depender mayoritariamente de las importaciones de Estados Unidos, que en la última década y media superaron los $2,000 millones.

De 1.5 millones de quintales logrados en 2015, los arroceros hondureños pasaron a producir medio millón (al 31 de diciembre de 2024) para un mercado en constante crecimiento que demanda por lo menos 5 millones de sacos al año.

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La eliminación de aranceles bajo Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (Cafta-DR), la migración masiva de mano de obra de las zonas rurales a Norteamérica, la falta de tecnología agrícola y los estragos del cambio climático han empujado a este sector al borde de la desaparición.

La producción de arroz sufrió el año recién concluido una nueva contracción de más de 23,900 quintales: en 2023, los productores aportaron 526,143 quintales al mercado y cerraron el 31 de diciembre de 2024 con 502,214 quintales, de acuerdo con cifras a Agrobolsa.

Este sector, esencial para la seguridad alimentaria del país, ha sufrido un deterioro persistente sin que entidades públicas o privadas logren revertir la situación. En 2015, más de 2,000 productores cultivaban unas 26,000 manzanas de tierra; en 2025, apenas 455 agricultores trabajan en un área que no supera las 9,000 manzanas.

“Hay muchos productores desmotivados, no hay mano de obra y tampoco incentivos para producir. Muchos productores están en la central de riesgos y no pueden acceder a los préstamos que ofrece Banadesa. Tampoco tenemos suficiente mano de obra porque muchas personas han emigrado a Estados Unidos”, dice Fredys Torres, asesor de la Asociación Hondureña de Agricultores (Asohagri).

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Torres dice que desde la gestión presidencial de Roberto Suazo Córdova (1982-1986) hasta la actual administración, “ningún gobierno ha podido establecer políticas claras y proyectos para fortalecer la producción de arroz y la producción de granos básicos en el país”.

Para superar la agonía del sector, Torres le sugiere al Congreso Nacional la aprobación de un decreto de emergencia que permita a los agricultores acceder a los recursos que el Gobierno ha colocado en el Banco Nacional de Desarrollo Agrícola (Banadesa) indistintamente de que se encuentren dentro de la central de riesgos, es decir, que estén considerados personas no sujetas de crédito.

Torres responsabiliza al Cafta de acelerar el declive del sector desde que comenzó a ingresar arroz importado libre de impuestos dentro del programa de desgravación arancelaria de Cafta-DR que entró en vigencia en 2006 para Honduras.

“En la última ronda de negociaciones del Cafta nosotros expresamos nuestra preocupación por lo que podría pasar en el futuro, que es hoy, y el tiempo ahora nos da la razón. Los productores de arroz de Honduras no podemos competir con los productores de arroz de Estados Unidos que reciben subsidios”, dice.

Las cifras del Departamento de Agricultura de Estados Unidos confirman esta realidad al demostrar que Honduras se convirtió en el séptimo importador de arroz más importante, con compras que sumaron más $2 mil millones entre 2014 y 2023.

En 2023 (el último año que tiene registrado ese departamento), Honduras importó de Estados Unidos más de $87 millones, la cantidad más alta contabilizada en la última década y media.

Proponen soluciones para evitar la extinción de los arroceros

Por no poseer sistemas de riego, la mayoría de los productores hondureños de arroz, ubicados principalmente en Colón, Atlántida, Comayagua e Intibucá, dependen en gran parte de las lluvias y utilizan semillas que les permiten un raquítico rendimiento de 48 quintales por manzana de tierra (promedio nacional).

En medio de un paisaje poco prometedor, la Empresa Agroindustrial de Productores de Arroz del Departamento de Colón (Emaproc) pondrá en marcha en Choluteca un centro experimental para producir semilla con alto valor genético con la cual los arroceros lograrán aumentar el rendimiento en las próximas cosechas.

“En Choluteca tendremos el centro experimental donde, en un área de 100 hectáreas, produciremos semilla con alto valor genético para que los productores logren rendimientos superiores a los 140 quintales por manzana. Nosotros contamos con la asesoría de uno de los expertos en arroz de Nicaragua más importantes y también con el acompañamiento de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (Sag)”, dice Ramón Rodríguez, presidente de esa organización.

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Para superar el escenario dramático en el cual se encuentran, según Rodríguez, los productores deben sembrar una mejor semilla, recibir asistencia técnica y apoyo financiero con bajas tasas de intereses por medio de la banca estatal o privada.

“Esperamos que Banadesa apruebe préstamos a los productores que logren demostrar que aumentarán la producción con la semilla certificada que nosotros vamos a producir en el sur”, dice.

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Juan Carlos Rivera
Juan Carlos Rivera
juan.rivera@laprensa.hn

Licenciado en periodismo (Universidad Nacional Autónoma de Honduras), máster en finanzas (Universidad Tecnológica Centroamericana), máster en dirección empresarial con orientación en gerencia de competencias directivas (Universidad Europea de Madrid). Más de 25 años en periodismo.

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