Honduras se enfrentará durante 2025 a una escasez de suministro energético y eventos climáticos extremos que expondrán la fragilidad de las infraestructuras del país y la vulnerabilidad de gran parte de su población.
Según el Informe de Riesgos Globales 2025, publicado esta semana por el Foro Económico Mundial, Honduras estará expuesto a la escasez de suministro energético, desempleo o falta de oportunidades económicas, escasez de mano de obra y/o talento; eventos climáticos extremos (inundaciones, olas de calor, etc) y migración involuntaria.
El Foro Económico Mundial basa este informe (analiza 121 países) en la Encuesta de Percepción de Riesgos Globales (GRPS, por sus siglas en inglés) que reúne las principales perspectivas sobre la evolución del panorama mundial de más de 900 expertos de la academia, el mundo empresarial, el gobierno, las organizaciones internacionales y la sociedad civil.
Se fundamenta, también, en la Encuesta de Opinión Ejecutiva (EOS) del Foro Económico Mundial que identifica la amenaza más grave para cada país en los próximos dos años, según la percepción de más de 11,000 líderes empresariales que expresan sus preocupaciones, exponen las prioridades locales y señalan posibles puntos críticos.
En Centroamérica, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y enfrentan riesgos específicos que reflejan sus realidades particulares, sociales, económicas, políticas y climáticas. Estas evidencian que la situación de Honduras no es más grave que la de los vecinos.
Para el caso, los cinco principales riesgos identificados por la Encuesta de Opinión Ejecutiva para El Salvador son, en primer lugar, la deuda pública; erosión de los derechos humanos y/o libertades cívicas, recesión económica (por ejemplo, recesión, estancamiento), pobreza y desigualdad (riqueza, ingresos) y escasez de suministro de alimentos.
El escenario de El Salvador, gobernado por Nayib Bukele, se aproxima al de Nicaragua, gobernado por Daniel Ortega, que también podría correr el riesgo de mayor erosión de los derechos humanos y/o libertades cívicas, migración involuntaria, escasez de mano de obra y/o talento, censura y vigilancia y pobreza y desigualdad (riqueza, ingresos).
Mientras, Guatemala tendrá que lidiar con la escasez de mano de obra y/o talento, servicios públicos y protecciones sociales insuficientes, eventos climáticos extremos (inundaciones, olas de calor, etc.), polarización social y crimen y actividad económica ilícita.
De todos los países de la región, Costa Rica es el país que se encontrará sumergido en un escenario más crítico por el cual ya pasaron sus vecinos; el principal riesgo que debe enfrentar es el crimen y actividad económica ilícita, la pobreza y desigualdad (riqueza, ingresos), deuda pública; servicios públicos y protecciones sociales insuficientes y escasez de suministro de agua.
A nivel mundial, de acuerdo con el informe, a medida que avanza 2025, la perspectiva está cada vez más fragmentada en los ámbitos geopolítico, ambiental, social, económico y tecnológico debido a que en el último año hubo expansión y escalada de conflictos, una multitud de eventos naturales extremos amplificados por el cambio climático, una polarización social y política generalizada, y avances tecnológicos continuos que aceleran la difusión de información falsa o engañosa.
En este contexto, y bajo consideraciones de los expertos de todo el mundo, el conflicto armado basado en el Estado (guerras por poder, guerras civiles, golpes de Estado, terrorismo, etc.) es el principal riesgo para 2025. En comparación con el año pasado, este riesgo ha subido del puesto ocho al número en el ranking.
Las tensiones geopolíticas también están asociadas con el aumento del riesgo de confrontación geoeconómica (sanciones, aranceles, revisión de inversiones), que ocupa el puesto número tres, impulsado también por la desigualdad, la polarización social y otros factores, de acuerdo con el informe.
El Foro Económico Mundial establece que los riesgos asociados con eventos climáticos extremos también son una preocupación clave para 2025. Destaca que “la carga del cambio climático es cada vez más evidente cada año, debido a que la contaminación proveniente del uso continuo de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas lleva a eventos climáticos extremos más frecuentes y severos”.
“Las olas de calor en partes de Asia; inundaciones en Brasil, Indonesia y partes de Europa; incendios forestales en Canadá; y los huracanes Helene y Milton en Estados Unidos son solo algunos ejemplos recientes de tales eventos”, consigna el informe.
