Los hondureños pagan anualmente más de $100 millones por consumo de streaming, videojuegos, suscripciones premium de redes sociales y otros servicios digitales a empresas internacionales, lo que representa una considerable salida de divisas de la economía nacional.
Esa cantidad equivale aproximadamente a la suma de las remesas enviadas durante cuatro días por los hondureños que trabajan en el exterior. El año pasado, Honduras recibió $9,743 millones, a un promedio diario de $26.6 millones.
De acuerdo con datos de la empresa holandesa FlixPatrol, especializada en el análisis de consumo de contenido en línea, en Honduras, Netflix posee 150,815 suscriptores; Prime Video alrededor de 100,000 y una cantidad similar HBO Max.
Otras plataformas como VIX cuentan con unos 70,000 usuarios, Apple TV con 24,000 y varias otras con más de 10,000 suscriptores.
Por ver películas, series y otras producciones audiovisuales en estas plataformas, los abonados hondureños pagan entre $32 millones y $50 millones al año, puesto que los proveedores de servicio streaming ofrecen planes de diferentes tarifas, Netflix, por ejemplo, cobra al mes $6.99 por el básico, $9.99 por el estándar y $13.99 por el premium.
Para cubrir estos gastos, la mayoría de los consumidores emplean tarjetas de crédito y otros métodos de pago digital.
Según la Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CNBS), en Honduras circulan más de 1,184,952 tarjetas de crédito que facilitan estas transacciones electrónicas.
Este fenómeno no es exclusivo de Honduras; el consumo de contenidos digitales ha crecido globalmente. Netflix, para el caso, supera los 300 millones de suscriptores a nivel mundial y reporta ingresos por más de $39,000 millones anuales.
Además del streaming, los consumidores también gastan en videojuegos y consolas. En 2025, de acuerdo con proyecciones de la firma alemana Statista, los gamers hondureños les generarán a los proveedores de juegos $44.57 millones y $62.81 millones en 2029.
Compañías globales de pagos digitales observan un alza en el número de transacciones realizadas por hondureños dentro del mercado de estos servicios.
Datos de Visa indican que el país figuró en 2023 entre los de mayor crecimiento en compras de videojuegos en América Latina, con un aumento del 5 %, al igual que El Salvador y Jamaica.
A pesar de este notable crecimiento en el consumo de servicios digitales, Honduras no cuenta con un estudio que cuantifique con precisión el impacto financiero de estas transacciones. Tampoco la balanza de pagos, registrada por el Banco Central de Honduras (BCH), refleja los egresos por estas compras.
La balanza de pagos, que contabiliza los ingresos y egresos de divisas en la economía, muestra que en 2024 Honduras destinó más de $2,578 millones a la compra de servicios diversos. En la categoría de "otros servicios", en la cual incluyen estas suscripciones digitales, el país pagó aproximadamente $100 millones.
El efecto económico de esta salida de divisas es significativo, pues cuando un país gasta más dólares en importaciones de bienes y servicios de los que recibe por exportaciones, donaciones internacionales y remesas, genera un déficit en la balanza de pagos. Esto puede presionar las reservas internacionales, afectar el tipo de cambio y aumentar la vulnerabilidad económica del país.
Los economistas advierten que, de mantenerse esta tendencia, Honduras necesitará fortalecer sus ingresos en divisas para evitar una afectación en la estabilidad macroeconómica. Plantean la posibilidad de fomentar más la producción y exportación de servicios digitales desde el país, promoviendo la inversión en tecnología y educación.
Ángel Jiménez, miembro del Colegio Hondureño de Economistas (CHE), considera que “$100 millones de importaciones de servicios representa poco para una economía grande, pero para una economía como la hondureña tiene un gran efecto y esto es para el país una fuga de dólares”.
Sin embargo, “esto no se puede controlar porque está ocurriendo en todo el mundo. En Honduras, la clase media y alta, quienes usan tarjetas de crédito, se han integrado al mundo globalizado por medio del consumo de bienes y servicios que compran directamente por internet”, dice.
Erick Martínez, administrador de la comunidad Dota 2 integrada por 600 gamers, dice sin temor a equivocaciones que cada miembro “realiza varias compras al año (...), cuando las plataformas tienen ofertas, pueden gastar $60, $100, depende de las ofertas y de si ellos quieren probar nuevos juegos".
Martínez explica que el mundo de los videojuegos está dividido en dos categorías, "juegos que son para pasar el tiempo, para pasar el rato, son juegos para una persona individual, también están los electronic sports o deportes electrónicos en los cuales la competitividad ha llegado a un punto donde grandes compañías lo pueden apoyar económicamente a uno".
"Los juegos electrónicos ofrecen beneficios y problemas. En los deportes electrónicos, el sentido de competencia lo absorbe y uno podría llegar a verse afectado en la vida personal (...), un estudiante podría tener problemas al dejar de estudiar. Pero los videojuegos o deportes electrónicos hacen a las personas más ágiles mentalmente. Eso es verídico. Uno es beneficiado porque tiene más agilidad para resolver problemas en menor tiempo. También uno puede monetizar si hace streaming en una plataforma como YouTube, Facebook (...)".
A esta factura de servicios digitales, Honduras agrega el pago de planes premiun de redes sociales, para el caso, la plataforma X, según el informe Digital 2025: Honduras, de DataReportal, tiene en Honduras más de 424,000 suscriptores.
Más de 6,000 pagan por planes premium, entre ellos, políticos, empresarios, organizaciones empresariales y no gubernamentales y figuras públicas.
Economistas advierten que en un mundo cada vez más digitalizado, Honduras enfrenta el reto de equilibrar el acceso a estos servicios de redes sociales con la necesidad de mantener la solidez de su economía y la clave estará en desarrollar estrategias que permitan compensar la salida de divisas con nuevas fuentes de ingreso.