Alonso Aguilar es un joven sampedrano de 19 años que lleva poco menos de un año entrenando en el gimnasio. A su corta edad decidió empezar a seguir un estilo de vida saludable, sin embargo, en el camino cometió algunos errores.
“Sentía cansancio todo el día, estrés constante, no dormía bien, y cuando llegaba al gimnasio me daba cuenta de que no estaba progresando. Mi rendimiento empeoraba en cada sesión, ya no podía aplicar sobrecarga progresiva, sino todo lo contrario: comencé a estancarme e incluso tuve que reducir los pesos en algunos ejercicios. Sentía que mi cuerpo tenía tanta fatiga acumulada que simplemente ya no podía recuperarse”, cuenta Aguilar en entrevista.
Todos estos síntomas que experimentó el aún adolescente pertenecen al Síndrome de Sobreentrenamiento (SSE). ¿Qué es el sobreentrenamiento?
Esto ocurre cuando una persona supera la capacidad de recuperación de su organismo debido a una carga excesiva de ejercicio sin periodos adecuados de descanso. A diferencia de la fatiga normal después de una rutina intensa, el sobreentrenamiento persiste y puede derivar en problemas crónicos de salud, que pueden afectar el rendimiento deportivo y la calidad de vida en general.
Jonathan Peña, entrenador y mentor técnico de Smart Fit Honduras, ahonda sobre este problema. Asimismo, profundiza sobre esas primeras señales de alerta que a veces pueden pasar desapercibidas por quienes practican ejercicio.
“A veces las personas sienten mucho dolor y piensan que el dolor es bueno en toda la rutina y la verdad es que no es bueno entrenar con agujetas (Dolor Muscular de Aparición Tardía (DOMS). ¿A qué me refiero con agujetas? Son dolores crónicos que duran durante más de una semana, entonces tienden a automedicarse para aliviar este problema, sin consultar primero con un médico. La verdad es que el cuerpo tiene que adaptarse entonces el sobre entrenamiento es debido a que entrené muy fuerte, entrené por demasiado tiempo, entrené ejercicios que no estaban adaptados a mi capacidad en ese momento. Por eso es importante conocerse antes y tener siempre una serie de máquinas, una serie de ejercicios que puedan ser para familiarizarme, para poder seguir el ritmo bien”, explica.
Algunos de esos síntomas o señales de alerta son:
*Cansancio persistente y una clara falta de energía.
*Reducción del desempeño deportivo.
*Dolor en los músculos y articulaciones.
*Insomnio o trastornos del sueño.
*Alteraciones en el estado anímico tales como irritabilidad, ansiedad o depresión.
*Aumento de la susceptibilidad a enfermedades e infecciones.
*Pérdida de apetito.
*Problemas para concentrarse y falta de motivación.
¿Cómo podemos diferenciar un cansancio normal, de una verdadera fatiga por sobreentrenamiento?
Sobre esto, el experto enfatiza que “Nosotros estamos diseñados, o sea, cada grupo muscular nuestro tiene su recuperación, cada sistema energético, ya hablando un poquito más metódico, tiene su recuperación. Nosotros podemos llegar a sentirnos fatigados durante el entrenamiento, podemos tener hiperventilación, también palpitación. Pero todo esto es normal, es parte del entrenamiento”.
“Lo que no es normal es sentir ese cansancio de una manera crónica, o sea, durante muchas semanas, porque el cuerpo necesita compensarlo. Nosotros necesitamos dosificar nuestro cuerpo, y por eso es que si usted entrena de manera intensa, necesita descansar al menos dos veces a la semana”, aconseja.

Ejercicios que pueden ser un riesgo sino se practican correctamente.
Sobre si hay algún tipo de ejercicio o entrenamiento que puede aumentar el riesgo de sobreentrenamiento, el entrenador asegura que sí.
“Los ejercicios de “HIIT” (High-Intensity Interval Training o entrenamiento de intervalos de alta intensidad). Los ejercicios de “HIIT” implican entrenamientos tábata, también entrenamientos como “cycling”. Si no lo sabemos llevar a cabo, tendemos a aumentar un poquito la intensidad porque tal vez sentimos ahí en ese momento un plus, un extra de energía, pero hay que tener cuidado con esos entrenamientos, hay que saber descansar y no mezclar todo. O sea, no querer hacerlo todo al mismo tiempo”, recomienda.
“El entrenamiento cruzado es bueno. Me refiero al entrenamiento cruzado es que yo hago cardio y hago musculación, y hago fuerza. Hago entrenamientos funcionales con “kettlebells” (pesa rusa) hago entrenamientos funcionales para abdomen, etcétera”.

¿Cómo podemos adaptar una buena nutrición acompañado de un buen ejercicio?
“La hidratación es clave. Yo tengo que estar hidratado pre y post al entrenamiento. Yo le aconsejo a los alumnos que reciben clases de entrenamiento funcional intenso que tomen pequeños sorbos de agua. Las comidas tienen que ser balanceadas, por favor. Hay personas que solo quieren comer carbohidratos, solo quieren comer proteínas, pero los vegetales los dejan a un lado. Entonces estamos faltando de vitaminas y minerales y obviamente tenemos un desbalance. Nuestro sistema necesita todo eso, todo eso lo necesita nuestro cuerpo y después vienen las consecuencias”, reflexiona.
En resumen, la práctica excesiva de ejercicio puede llevar al sobreentrenamiento y afectar al rendimiento físico y mental. Por ello resulta tan importante conocer los factores y síntomas que presenta, al igual que las medidas que existen para prevenirlo. No hay que olvidar nunca que la salud integral debe ser la prioridad para disfrutar de los beneficios del ejercicio sin riesgos.