El aumento de la temperatura, la mayor cantidad de horas de luz solar y la vitalidad del entorno natural durante la primavera no solo transforman el paisaje, también parecen despertar emociones, motivaciones e incluso el deseo amoroso, según diversos especialistas en neurociencia, biología y psicología.
¿Existe el “efecto primavera”?
Expertos explican que los cambios ambientales en esta estación elevan el estado de ánimo, fomentan la vida social y favorecen el uso de ropa más ligera, lo cual podría aumentar la percepción del atractivo personal y estimular el enamoramiento y la sensualidad.
Además, la exposición a la luz solar activa la producción de serotonina y dopamina, neurotransmisores vinculados al bienestar. También se liberan endorfinas al practicar ejercicio, generando sensaciones placenteras.
La doctora Stella Maris Cuevas, médica otorrinolaringóloga argentina, señala que estos factores también estimulan la producción de feromonas, mensajeros químicos que pueden incrementar la atracción entre personas a través del órgano vomeronasal.
Hormonas en juego: lo que pasa en el cuerpo masculino
El doctor Bernardo Reina Burgos, de las clínicas The Test, denomina “efecto primavera” al despertar sexual que algunos hombres experimentan durante esta época. Según explica, es un fenómeno relacionado con la acción combinada de tres hormonas:
Serotonina, asociada a la felicidad.
Testosterona, ligada al vigor y la fuerza.
Melatonina, reguladora de los ritmos circadianos.
“La respuesta del cuerpo solo se mantiene si hay descanso adecuado, actividad física y bajo estrés. De lo contrario, el efecto puede desaparecer rápidamente”, advierte.
Encuesta: más deseo y más encuentros
Según una encuesta realizada por la app de citas Gleeden, el 70 % de sus usuarios reconoce experimentar una “alteración sexual” en primavera, mientras que el 43 % indica tener más encuentros íntimos en esta estación.
Además, el 40 % afirmó que su deseo sexual aumenta, y que también se sienten más abiertos a conocer nuevas personas. Las razones más comunes:
31 %: la gente usa menos ropa; 25 %: hay más horas de luz; 13 %: hay más alegría en el ambiente; 6 %: empieza a hacer calor.

¿Es el amor una adicción?
“La neurocientífica francesa Anaïs Roux señala que, según la investigadora Helen Fisher, el amor no es una emoción sino una pulsión tan potente como el hambre”, comenta Roux, autora del libro y pódcast Neurosapiens.
Estar enamorado puede provocar síntomas físicos como aceleración del corazón, sudoración en las manos o la sensación de “mariposas” en el estómago. Esto se debe a un cóctel de sustancias: oxitocina, relacionada con el apego, y vasopresina, con el vínculo emocional y la protección.
Qué ocurre en el cerebro enamorado
Estudios de los científicos Andreas Bartels y Semir Zeki concluyen que el amor activa zonas profundas del cerebro como los ganglios basales, responsables de los impulsos, y la ínsula, relacionada con los deseos conscientes y el impacto emocional en el cuerpo.
Este patrón cerebral podría explicar por qué el amor es impulsivo, apasionado y adictivo.

¿Por qué nos enamoramos de ciertas personas?
Helen Fisher también desarrolló un estudio con miles de usuarios de su plataforma Chemistry.com, quienes respondían cuestionarios sobre niveles de dopamina, serotonina, estrógenos y testosterona.
Los resultados sugerían que quienes tenían niveles altos de dopamina se sentían atraídos por personas similares, mientras que quienes presentaban altos niveles de estrógenos se atraían por individuos con niveles elevados de testosterona.
Aun así, estos hallazgos requieren más investigaciones para ser concluyentes, según Anaïs Roux.