El Gobierno de Honduras anunció la inauguración de la ampliación de la subestación eléctrica Santa Marta, ubicada en La Lima, Cortés, una obra estratégica que representa mucho más que infraestructura: es una promesa cumplida para más de 22,800 familias del Valle de Sula y un avance significativo en la transformación energética del país.
En ese sentido, la presidenta Xiomara Castro Sarmiento encabezó el acto inaugural, destacando el compromiso de su administración con la recuperación del sistema eléctrico nacional y con una visión de desarrollo equitativo y sostenible.
Estabilidad para el presente y el futuro
Con una inversión superior a 13.2 millones de dólares, esta ampliación incrementa la capacidad instalada de Santa Marta en 20 megavatios, como resultado se reducirán las interrupciones del servicio, garantizando un voltaje estable, además de la conexión de nuevos proyectos industriales, comerciales y residenciales en la zona.
Erick Tejada, ministro de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (Enee), explicó que este avance responde a una deuda histórica en el norte del país. “La región con mayor aporte al PIB fue ignorada por administraciones anteriores. Con esta inversión público-privada, el gobierno repara décadas de abandono y pone en marcha un plan energético sin precedentes”, expresó.
Un plan nacional
Cabe señalar que, la subestación Santa Marta es solo una pieza de una estrategia más amplia: más de 23 mil millones de lempiras han sido destinados para modernizar el sector eléctrico, con al menos 12 macroproyectos en ejecución solo en el Valle de Sula.
Tejada comentó que, siete subestaciones han sido ampliadas (Bellavista, San Pedro Sula Sur, San Buenaventura, Choloma, El Progreso y Santa Marta), y actualmente se construyen tres nuevas: El Centro, Calpules y La Victoria. Además, se avanza en tres líneas de transmisión que conectarán a la región con una red más robusta y eficiente.
Impacto y compromiso
Todos los proyectos han sido ejecutados bajo estándares internacionales y tecnologías modernas. Pero más allá de lo técnico, el enfoque es profundamente social: “La Enee ahora se gestiona con responsabilidad. Cada intervención es socializada con las comunidades, se planifican mantenimientos, y se responde con transparencia”, indicó Tejada.
El impacto es evidente: en 2023 el país enfrentaba un déficit de más de 300 MW. Hoy, con una generación récord de 2086 MW en mayo de 2025, el sistema cuenta con una reserva operativa superior a los 200 MW, resultado directo de este plan transformador.
Energía justa y accesible
El ministro también explicó cómo el gobierno ha implementado una reforma estructural, con el objetivo de recuperar la Enee del modelo privatizador anterior, renegociando contratos lesivos, y bajando tarifas. “Solo en este trimestre, el ajuste en la tarifa representa una reducción superior al 10% para los hogares hondureños”.
Además, agregó “Esta es una empresa del pueblo. La energía no debe ser un privilegio, sino un derecho. Por eso, estamos licitando 1500 MW con un modelo de rondas sucesivas para asegurar energía estable y precios justos por los próximos diez años”.
La ampliación de la subestación Santa Marta garantiza un servicio más confiable en el presente y permite planificar con seguridad los proyectos del futuro. Es una apuesta por el desarrollo económico del norte, por el bienestar de las familias hondureñas y por una Honduras que se construye con energía pública, moderna y solidaria.
