San Pedro Sula.
Las víctimas por la ingesta del trago mortal en Choloma pudieron ser más; sin embargo, unos tomaron pocos tragos y lograron sobrevivir, Henry Díaz relata la pesadilla que vivió al tomar del alcohol adulterado.
“Yo llegué a la cantina el viernes 23 de octubre y compartí con todos los amigos, incluyendo a mi hermano Rigoberto Díaz, quien fue uno de los fallecidos, solo tomé algunos tragos porque tenía que ir a encerrar el ganado”, relató.
Henry cuenta que al salir del expendio todo fue normal, pero al día siguiente comenzó a sentir síntomas, como problemas estomacales, aun así intentó salir al campo para continuar con sus trabajos.
En el camino tenía alucinaciones y se sentía desesperado, pero al pasar por la cantina de Wilfredo Pineda vio al grupo de hombres que estaban amanecidos, pero seguían bien e incluso o llamaban para darle más bebida.
“Al mediodía del mismo sábado volví a pasar por la cantina y vi que algunos ya estaban mal y buscaban cómo irse para sus casas, el domingo en la mañana empezaron a morir”.
Díaz se dio cuenta que tantos enfermos y muertos no era normal y buscó ayuda para él y su hermano, por lo que fueron al hospital Mario Catarino Rivas, en donde los dos fueron internados.
Les hicieron exámenes que dieron resultados alterados, pero su hermano no tuvo la misma suerte porque ya había perdido la vista y murió cuando era atendido por los médicos.
Emergencia
Al darse cuenta que sus síntomas eran los mismos y que su vida estaba en peligro, consiguió un carro particular que lo llevara a hospitales privados en San Pedro Sula, para someterse a tratamientos.
“Me tocó invertir bastante dinero, porque los médicos al ver los resultados me recetaron varios medicamentos que tenía que tomar durante varios meses, algunos no los pude terminar porque llegaron las inundaciones y nos tocó salir de la aldea a refugiarnos en albergues”, agregó.
