Camino a desaparecer la Atic, brazo científico del Ministerio Público
La agencia pasó de contar con 450 investigadores a solo 160 en 2025. Desmotivación por falta de aumentos salariales, equipo logístico y avances en los casos. Expertos temen que se busque debilitar a la Atic de forma intencional
- 21 de septiembre de 2025 a las 23:00 /
La histórica Operación Avalancha de 2016 , que debilitó la estructura de la Mara Salvatrucha (MS-13) y de sus socios, fue posible gracias al trabajo de la Agencia Técnica de Investigación Criminal (Atic) . Este fue su primer golpe —quizás el más significativo—, lo que llevó a la institución a proyectarse como un brazo clave contra las redes criminales. Sin embargo, diez años después se perciben signos de debilitamiento: la agencia cuenta hoy con apenas unos 160 agentes de investigación.
La Atic fue creada en 2014 con recursos provenientes de la Tasa de Seguridad. Una inversión de 80 millones de lempiras , sumada al presupuesto del Ministerio Público, le dio un arranque sólido: vehículos nuevos, un cuerpo de 450 investigadores —en su mayoría profesionales en psicología y especialistas en corrupción y crimen organizado—, así como equipo para ejecutar operaciones de alto impacto.
El 23 de febrero de 2016, apenas dos años después de su fundación, la Atic asestó un fuerte golpe transnacional contra la estructura de la MS-13, con el aseguramiento de bienes a sus principales líderes: Alexander Mendoza, alias “El Porky” , aún prófugo de la justicia, y David Elías Campbell Licona , empresario del transporte extraditado a Estados Unidos, donde enfrenta un proceso judicial por lavado de dinero y narcotráfico.
La Operación Avalancha desmanteló toda la estructura financiera de la MS-13, montada con la complicidad de empresarios de distintos rubros mediante el lavado de dinero proveniente del narcotráfico y las extorsiones.
El operativo requirió una millonaria inversión en recursos económicos, logísticos y humanos. Fue de ese calibre el respaldo que recibía la Atic en aquel momento, lo que incluso le permitió expandirse con tres sedes: San Pedro Sula, Cortés; Tegucigalpa, Francisco Morazán; y Santa Rosa de Copán, Copán.
Sin embargo, esa época de bonanza parece haber quedado atrás. La salida de personal golpea ahora varias áreas, no solo a los fiscales, sino también a los agentes de investigación.
A través de la solicitud de información SOL-MP-3295-2025, LA PRENSA Premium confirmó que un total de 113 agentes de la Atic han abandonado la institución —de manera temporal o definitiva— entre el 1 de enero de 2018 y el 31 de julio de 2025, por distintos motivos.
En su mayoría, se trata de renuncias; apenas se registran tres despidos, según revelaron a este medio fuentes internas de la institución.
Atic, con pocos agentes
En 2018, la agencia reportaba 273 agentes en sus filas. Esa cifra resulta de sumar la cantidad de funcionarios de investigación que han desertado desde entonces, comparada con el número actual: apenas 160.
La última promoción de agentes graduados se remonta al 11 de noviembre de 2017, durante la gestión del exfiscal general Óscar Fernando Chinchilla. En total se incorporaron 178 hombres y mujeres: 89 fueron asignados a la Atic y el resto a la Dirección de Lucha Contra el Narcotráfico (DLCN).
De acuerdo con información proporcionada por la Fiscalía, en 2018 nueve agentes dejaron la institución por distintos motivos. En 2019 la cifra de renuncias aumentó a 14; en 2020 —el año de la pandemia— al menos 12 solicitaron su salida.
En 2021 el número se disparó a 19 y en 2022 subió a 22. Para 2023 bajó drásticamente a cinco, pero en 2024 y lo que va de 2025 volvió a repuntar con 18 y 15 casos, respectivamente.
Este medio de comunicación reveló semanas atrás que una situación similar ocurre con los fiscales. Solo en los últimos dos años, correspondientes a la gestión del fiscal general Johel Zelaya, se reporta la salida definitiva o temporal, por distinta causa, de al menos 95 fiscales.
Al 2025, el Ministerio Pública reporta un cuerpo conformado por 789 fiscales, en contraste con los 906 en planilla en 2018, lo que indica una diferencia de al menos 117 que ya no están de forma permanente. Esta situación añadidada a la fuga de agentes ilustran la fragilidad actual de la fiscalía.
LA PRENSA Premium dialogó con agentes y exagentes de la Atic, quienes coincidieron en señalar una desmotivación generalizada debido a la falta de aumentos salariales, la carencia de logística, la sobrecarga de expedientes y el engavetamiento de casos, aun cuando las investigaciones estaban concluidas y listas para acusación.
El debilitamiento también se refleja en la reducción de sedes: actualmente solo permanecen abiertas las oficinas de Tegucigalpa, donde está la mayoría del personal, y las de San Pedro Sula, con menos de 50 agentes para todas las fiscalías y áreas administrativas. Hace aproximadamente dos años cerraron las oficinas de Santa Rosa de Copán.
En varias fiscalías, como la de San Pedro Sula, los agentes declararon no contar con vehículos para trasladarse. En otros casos deben trabajar con unidades viejas, en constante mal estado o sometidas a reparaciones que tardan semanas.
Carga para agentes
Los agentes señalaron, además, que enfrentan una fuerte presión. La Atic fue creada para investigar delitos de gran impacto —secuestros, homicidios, lavado de activos y narcotráfico contemplados en el artículo 184 del Código Procesal Penal—, pero la falta de logística los limita para realizar diligencias, inspecciones y operativos, lo que ralentiza los procesos.
A esta carga se suma que, desde hace algunos años, la Atic también investiga delitos sexuales, un área con alta incidencia. LA PRENSA Premium conoció que en algunas fiscalías los agentes acumulan hasta 400 expedientes, imposibles de atender por la naturaleza delicada de las diligencias y la necesidad de investigación de campo que estos casos demandan.
En San Pedro Sula, por ejemplo, la Unidad de Delitos Sexuales cuenta con solo siete agentes, sin logística ni apoyo de los superiores para cumplir con sus labores diarias.
Otras fiscalías, como la de homicidios, tuvieron más respaldo en el pasado. Actualmente cuentan con 14 agentes, pero enfrentan cientos de casos acumulados, muchos con varios años en proceso. En el área de feminicidios hay ocho agentes, pero denuncian que ya no reciben el mismo nivel de apoyo que cuando se lanzó la campaña nacional contra ese delito.
La falta de logística también ha provocado que los agentes dejen de acudir a escenas de crímenes para realizar el reconocimiento de cadáveres, revelaron fuentes a este medio. Hace cuatro años se estableció que los homicidios serían atendidos en parte por la Atic y en parte por la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), con el fin de distribuir la carga, pero la agencia dejó de cubrir esas escenas.
En el ámbito científico, el Ministerio Público adquirió vehículos especiales para movilizar técnicos a escenas del crimen y realizar inspecciones y recolección de indicios. Sin embargo, esas unidades desaparecieron de San Pedro Sula. Tampoco están en los estacionamientos del MP. Personal de la fiscalía indicó que lo último informado fue que trasladaron los vehículos a Tegucigalpa para trabajos de pintura.
Otro de los obstáculos para los investigadores de la Atic es que, durante la administración de Zelaya, se modificaron los protocolos: ahora sus casos no avanzan sin el visto bueno del subdirector de fiscales. Esta medida, aseguran, limita la autonomía en las investigaciones y genera mayor desmotivación.
En Tegucigalpa, la mayor parte de los agentes está asignada a la Fiscalía Especial Contra el Crimen Organizado (Fescco) y a la Fiscalía Especial para la Transparencia y Combate a la Corrupción Pública (Fetccop), creadas precisamente para enfrentar esos delitos. Sin embargo, ni siquiera estas unidades escapan a la falta de logística ni a la carencia de viáticos cuando deben desplazarse varios días a otras ciudades para cumplir operaciones.
Pese a que en las investigaciones de narcotráfico y lavado de activos se decomisan vehículos de modelos recientes, las solicitudes hechas a la Oficina Administradora de Bienes Incautados (Oabi) para su asignación no han tenido respuesta, ya que se prioriza a otras instituciones.
En esta administración se decidió inicialmente aumentar la tabla de viáticos: los agentes pasaron de recibir 1,500 a 3,000 lempiras diarios; los jefes, de 2,500 a 4,000; y los directores, de 5,000 a 7,000. No obstante, por motivos presupuestarios se aplicó una reducción.
Actualmente, un agente recibe 2,000 lempiras diarios para cubrir hotel y alimentación durante operativos fuera de la ciudad, mientras que los jefes reciben 2,000 y los directores 5,000, según información conocida por este medio. Los agentes señalan que estos montos resultan insuficientes para cubrir sus gastos.
En San Pedro Sula, varios investigadores tienen cerca de diez años asignados a esa ciudad sin ser rotados, pese a que sus familias residen en la zona central y sur del país. Ello los obliga a vivir en grupos en viviendas aseguradas por la Oabi, las cuales carecen de mantenimiento y presentan un evidente deterioro.
ASJ: Dinero hay
Para Nelson Castañeda, director de seguridad de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), la situación de la Atic es preocupante, pero también paradójica: cada año el Presupuesto General de la República aumenta, al igual que la recaudación a través de la Tasa de Seguridad.
“Hay mucho dinero en el tema de seguridad, justicia y defensa. Este gobierno ha alcanzado un récord histórico en la asignación presupuestaria, pero cuando uno empieza a evaluar las unidades, las fiscalías, los juzgados, siguen teniendo las mismas carencias de gobiernos anteriores y uno se pregunta en qué están destinando el presupuesto”.
Según el portal de transparencia del Ministerio Público, a la institución le aprobaron este año un presupuesto de casi 2,700 millones de lempiras, lo que equivale a alrededor de 200 millones mensuales para operar. Desde la Asociación de Fiscales, incluso, denunciaron que la Secretaría de Finanzas ha retrasado las transferencias de fondos al MP.
Castañeda señaló que la falta de presupuesto genera gran desmotivación, ya que no existen incentivos para los funcionarios que arriesgan su vida enfrentando a estructuras criminales que han crecido al punto de apartar del camino a cualquier operador de justicia que afecte sus intereses.
“Esa falta de salarios competitivos, la falta de procesos bajo un esquema de meritocracia para poder gozar de puestos clave de coordinación, supervisión y jefaturas, incluso lo que se ve en estos tiempos, que no pagan a tiempo, seguros médicos que les han quitado, muchos beneficios... afecta a todo el personal”, apuntó.
Agregó que la reducción de agentes de investigación en la Atic es preocupante, pues constituye un brazo muy efectivo del MP para investigar delitos especializados de alto impacto, como corrupción y crimen organizado. “Ojalá esto no responda a una estrategia de debilitarla al punto de la desaparición”, fustigó.
Expresó que la Atic ha realizado un trabajo destacado, con operativos como Avalancha, que dejó decomisos millonarios. No obstante, lamentó que “no hemos vuelto a ver operativos de esa magnitud y creo que la Atic nos demostró que con fiscales comprometidos y agentes formados y transparentes podemos lograr operativos altamente eficientes, pero pareciera que cuando algo funciona lo debilitan para que no tenga esa efectividad”.
Otros especialistas también cuestionan la falta de personal en la Atic en comparación con la Dirección de Lucha Contra el Narcotráfico (DLCN), que pertenece a la misma institución y recibe mayor apoyo y recursos.
La DLCN cuenta con alrededor de 220 agentes distribuidos en las sedes de Tegucigalpa, San Pedro Sula, Choluteca, Santa Rosa de Copán, Comayagua, Juticalpa y La Ceiba. De esta institución han renunciado más de 80 elementos, conoció este medio. Aunque esta unidad solo investiga casos de narcotráfico, dispone de más apoyo logístico, pese a que desde noviembre de 2024 no tiene director.
En contraste, la Atic no registra incrementos en su personal. Funcionarios del MP han realizado presentaciones ante diputados del Congreso Nacional para solicitar más presupuesto y financiar una nueva promoción de agentes, pero hasta ahora no se reportan avances.