Estamos a casi seis meses de las elecciones generales en Honduras y comienzan a perfilarse los temas que serán objeto de la campaña política y el mar de mensajes a los que estaremos expuestos durante este tiempo.
Si hay algo que estará latente será la necesidad de marcar las diferencias entre estos y los otros, provocando reacciones que dejen al descubierto la personalidad de cada uno y que a los electores nos muevan las emociones.
La polarización ideológica es clara, la necesidad de dividir para vencer también lo es. Más allá de los temas superficiales ¿en qué aspectos debemos centrarnos como ciudadanos para valorar a quienes buscan conquistar nuestro voto?
Haremos un recuento de características personales y temas fundamentales que, lejos de ser exhaustivo, es solamente una guía básica que puede nutrirse con muchos más aspectos. Veamos.
La primera característica que debemos buscar en un/a candidato/a es que sea un buen comunicador/a. Recordemos: Comunicar no solamente es transmitir mensajes, sino también la capacidad de escuchar activamente a los demás, con respeto y tolerancia, a pesar de las diferencias. Pensemos que todo buen gobernante debe escuchar y atender a su pueblo, tan diverso.
La segunda y muy ligada a la anterior es la capacidad de negociación. No me refiero a la posibilidad de “hacer transas”, como lamentablemente creemos que debe ser, sino la capacidad de llegar a acuerdos que permitan avanzar, porque, una vez en el poder, esa persona que elijamos deberá negociar no solo a nivel interno, sino en el escenario internacional.
La tercera es la comprensión sobre los grandes temas de la agenda nacional; es decir, el conocimiento sobre asuntos que interesan a la hondureñidad y su conexión con el mundo actual, tales como estrategias frente al desempleo, diversificación de exportaciones y mercados, atracción de inversión nacional y extranjera, apoyo al emprendimiento, política fiscal, producción de energía eléctrica, entre otros en materia económica.
En lo social: calidad de la educación, inversión en infraestructura educativa, prioridades de inversión en salud, respeto a los derechos humanos, a las comunidades étnicas, protección a la niñez y oportunidades de desarrollo de la juventud, atención al migrante retornado, desarrollo de la mujer, por mencionar algunos.
En lo ambiental: incentivos para la conservación de recursos naturales y su manejo sostenible; protección de cuencas, atención a vulnerabilidad climática, promoción de soluciones basadas en la naturaleza, adaptación al cambio climático, por enunciar algunos.
La cuarta: el equipo técnico que acompaña a la persona, ya que un buen líder debe contar con un equipo fortalecido. ¿Hay allí personas capaces de dirigir un país o solamente buenos activistas?
Finalmente, quizá lo más difícil de encontrar sea la humildad, ya que en la vida pública suele confundirse la fortaleza con la soberbia, y eso puede confundirnos. Allí habrá que buscar “con lupa”. Que el mar de mensajes no nos arrastre. Seamos analíticos, el futuro está en juego.
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