Cuba se alista este martes ante la inminente llegada del poderoso huracán Melissa, uno de los más intensos en el registro histórico, en uno de los peores momentos económicos, energéticos y sanitarios para la isla.
El huracán, que acaba de azotar Jamaica con categoría 5 —la máxima en la escala Saffir-Simpson—, se prevé que toque tierra en la madrugada del miércoles en la zona oriental, cerca de Santiago de Cuba, la segunda ciudad más poblada del país.
De acuerdo con los pronósticos, Melissa arribará como un ciclón de categoría 3 o 4, desplazándose hacia el noreste con vientos sostenidos superiores a 200 kilómetros por hora, intensas lluvias de hasta 450 milímetros (litros por metro cuadrado) y marejadas ciclónicas con olas de hasta seis metros.
Las autoridades cubanas han advertido sobre el alto riesgo para la vida debido a los posibles efectos devastadores del fenómeno, entre ellos inundaciones súbitas, penetraciones del mar en zonas costeras bajas, derrumbes y roturas de presas.
En las seis provincias bajo alerta ciclónica —Granma, Santiago de Cuba, Guantánamo, Holguín, Las Tunas y Camagüey— se ha evacuado o asegurado a unas 650.000 personas, cerca del 7 % de la población regional. La mayoría se aloja en casas de familiares y amigos, mientras que otras permanecen en refugios habilitados.
En toda la zona oriental se suspendió el transporte público terrestre, marítimo y aéreo, así como las actividades escolares. También se aseguraron infraestructuras estatales y cultivos.
Dos de las siete centrales termoeléctricas del país, consideradas la columna vertebral del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), fueron detenidas por precaución, al encontrarse en el probable trayecto del huracán. Estas plantas presentan un alto grado de obsolescencia y un déficit crónico de inversiones, lo que incrementa la vulnerabilidad del sistema.
El presidente Miguel Díaz-Canel indicó en un comunicado que “va a ser uno de los mayores huracanes que azota el país y la devastación será extensa”. Añadió: “Habrá mucho que trabajar. Sabemos que van a ser muchos los daños que va a ocasionar este ciclón”.
El mandatario llamó a la responsabilidad y precaución de los ciudadanos, exhortando a seguir las recomendaciones oficiales para evitar la pérdida de vidas humanas.
Cuba y sus crisis económica
Melissa impactará a Cuba en medio de su peor crisis económica en décadas, tras más de cinco años de contracción, elevada inflación, escasez de bienes básicos —como alimentos, combustibles y medicinas—, pérdida del poder adquisitivo, dolarización creciente, colapso del peso en el mercado informal y migración masiva.
La crisis energética agrava el panorama. Las frecuentes averías en las termoeléctricas y la falta de divisas para importar combustible han provocado apagones de más de 20 horas diarias en amplias zonas del país.
Se teme que Melissa afecte nuevamente el SEN y provoque un apagón nacional, como ocurrió con el paso de los huracanes Ian (2022) y Rafael (2024), eventos de los que Cuba tardó varios días en recuperarse.
La isla también enfrenta una emergencia sanitaria ante el aumento de casos de dengue, oropouche y chikunguña, enfermedades víricas transmitidas por mosquitos que están desbordando los hospitales.
El Ministerio de Salud Pública reconoció recientemente más de trece mil casos de fiebres sospechosas en una sola semana, lo que equivale a uno por cada mil habitantes. Aunque la entidad evita hablar de epidemia, los expertos vinculan el repunte a la falta de fumigación, la acumulación de basura y el deterioro de la atención primaria, factores asociados a la crisis económica.
El más reciente huracán de categoría 5 que golpeó Cuba fue Irma, en 2017, con un saldo de diez fallecidos y daños valorados en trece mil millones de dólares. Asimismo, el último ciclón que afectó a Santiago de Cuba fue Sandy, en 2012, que dejó once muertos y severos daños materiales.
Los meteorólogos cubanos advirtieron que la actual temporada de ciclones en el Atlántico (del 1 de junio al 30 de noviembre) será muy activa, con hasta ocho huracanes previstos.
En la temporada anterior, dos huracanes impactaron directamente la isla: Óscar (categoría 1, en octubre) y Rafael (categoría 3, en noviembre).