The Ocean Cleanup, una organización sin fines de lucro con sede en Róterdam, Países Bajos, ha evitado que más de 10 millones de kilogramos de desechos plásticos, basura hospitalaria y otros residuos provenientes de Guatemala, a través del río Motagua, contaminen el mar Caribe y las costas hondureñas.
En las últimas dos décadas, ninguna entidad estatal de Honduras o Guatemala había logrado directamente frenar esta contaminación. Sin embargo, The Ocean Cleanup marca la diferencia al frenar el flujo de basura mediante la instalación de barreras en la cuenca del río Motagua.
En 2019, la organización inició su misión para combatir los residuos plásticos en esta región, pero hasta en mayo de 2023, tras varios intentos, instaló el Interceptor 006 en el río Las Vacas, un afluente que conecta la Ciudad de Guatemala con el río Motagua, que cada año transportaba más residuos debido al aumento poblacional.
Este sistema ha recolectado y ha evitado que más de 10 millones de kilogramos de basura, equivalente a unos 2,200 camiones, lleguen al golfo de Honduras. Tan solo el 1 de mayo de 2025, el Interceptor 006 impidió que 600 toneladas de plástico alcanzaran el mar, según esa organización.

En agosto de 2024, para capturar los desechos que aún escapaban, The Ocean Cleanup instaló el Interceptor 021 en El Quetzalito, en la desembocadura del río Motagua, donde también opera una planta de recolección y clasificación de plásticos administrada por el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales de Guatemala (MARN).
Este interceptor, conocido como Barricade XL, mide 158 metros de longitud y tiene un calado aproximado de un metro. Está compuesto por barreras flotantes reforzadas con malla de acero y anclajes de hormigón, diseñados para resistir el impacto de troncos de árboles y condiciones extremas.
De acuerdo con The Ocean Cleanup, la basura que fluye por el río Motagua ha causado estragos en el entorno natural, afectando a más de dos docenas de Áreas Marinas Protegidas (AMP) y al Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM), el segundo arrecife de coral más grande del mundo, después de la Gran Barrera de Coral de Australia.

The Ocean Cleanup desarrolla y emplea tecnologías para eliminar el plástico de los océanos, con el objetivo de cerrar sus operaciones una vez que los mares estén limpios. Solo en 2024, retiró 11.5 millones de kilos de basura de los océanos a nivel global y, con esa cantidad, superó la suma de los años anteriores.
El golfo de Honduras, ubicado entre Honduras, Guatemala, Belice y la península de Yucatán en México, ha sido históricamente uno de los lugares más contaminados por plásticos en el planeta. Cada año, durante la temporada de lluvias, millones de recipientes con envoltorios rotulados como “producto hecho en Guatemala” llegaban a las aguas y playas hondureñas.
Omoa, uno de los municipios más próximos a Guatemala, fue severamente afectado durante más de dos décadas por los residuos que llegaban del país vecino, incluso, el alcalde amenazó en varias ocasiones con demandar al Estado vecino, pues la economía decayó debido a que los turistas dejaron de visitar este destino por encontrar playas cubiertas de botes de plástico, desechos hospitalarios y otros residuos nocivos para la salud.
Ahora, Rosa Brocatto, expresidente a de la Cámara de Turismo de Omoa, dice que “Omoa agradece a esa organización internacional (The Ocean Cleanup) porque gracias a ella el mar no recibe esas montañas de residuos y el municipio está recibiendo más turistas”.
“Los habitantes de este municipio dependen de la pesca y del turismo. Ahora que las playas están limpias, vemos que están viniendo más turistas. Esto nos alegra porque los habitantes de Omoa podemos vivir en mejores condiciones, tanto económicas como ambientales”, dice Brocatto.