Cuando Herlinda Bobadilla fue capturada el pasado 15 de mayo en una zona montañosa de Colón, uno de sus hijos, Tito Montes, murió abatido por la Policía, mientras que otro huyó y todavía está prófugo de la justicia.
Quien aún es buscado por Estados Unidos es Juan Carlos Montes Bobadilla, pedido en extradición al igual que su madre, acusado de narcotráfico y otros delitos relacionados.
Por su captura, Estado Unidos está ofreciendo una recompensa de cinco millones de dólares, la cual sigue vigente luego de que la Policía de Honduras no lograra su sometimiento a la justicia utilizando a su madre como mediadora.
De acuerdo con Miguel Pérez Suazo, comisionado de la Dirección Nacional de Fuerzas Especiales (DNFE), Juan Carlos aún es un objetivo de la Policía.
“Estuvimos haciendo algunos acercamientos para ver si a través de doña Herlinda podíamos lograr que se entregara a las autoridades, pero no ha sido posible hasta el momento”, dijo el comisionado en comunicación con Radio América.
Del círculo más cercano de Herlinda Bobadilla, solo Juan Carlos sigue libre, pues en 2017 se capturó y luego se extraditó a Noé Montes Bobadilla, otro de sus hijos. Noé fue condenado a 37 años de cárcel luego de ser hallado culpable.
Décadas en el narcotráfico
La participación de Herlinda Bobadilla en el narcotráfico se extendió por más de dos décadas, según las investigaciones de la DEA en Honduras.
Mientras sus hijos y sus socios traían vía marítima y aérea cientos de toneladas de cocaína de Colombia y Venezuela, ella se encargaba de esconder los cargamentos en sus propiedades y tener comunicaciones con otros narcotraficantes a quienes les vendían la cocaína.
“El 28 de octubre de 2013, el cartel Montes recibió un avión que transportaba 1,000 kilogramos de cocaína desde Venezuela y que aterrizó en la comunidad de Flores, Limón, Colón. La cocaína fue trasladada desde la pista de aterrizaje a una propiedad cercana que está a nombre de Herlinda Bobadilla”, señala la investigación de EE UU.
