Desde hace unas semanas, el Gobierno de Honduras comenzó la reparación de la CA-4 como exigía la ciudadanía; sin embargo, por la lentitud del avance temen que esto les lleve meses, ya que está causando pérdidas incalculables al comercio y transporte.
Todos los días, desde tempranas horas de la mañana hasta las 4:00 pm, las cuadrillas trabajan en la reparación de la carretera CA-4. Actualmente, se encuentran a la altura de la colonia El Palmar, sector Cofradía.
Estos trabajos causan que los conductores pasen de tres a cuatro horas y hasta más en el tráfico, el comercio resiente las bajas ventas, porque “quien quiere pararse a comprar cuando van estresados por perder horas en las filas”, señala el comerciante Carlos Velázquez.
LA PRENSA conversó con pobladores, comerciantes y choferes del transporte de carga, quienes coinciden que la Secretaría de Infraestructura y Transporte (SIT) debe elaborar un plan que no afecte tan drásticamente el paso vehicular, ya que el cuello de botella es diario y dura muchas horas.
También sostienen que al paso que van las cuadrillas, estas reparaciones tardarán demasiado tiempo.
“Es todos los días, deberían dejar que la gente se oxigene, está mal lo que están haciendo, cómo van a estar parando el tráfico todos los días. No soy un experto, pero están afectando la economía, solo el domingo que no trabajan el tráfico está fluido”, manifestó Esaú Perdomo, dueño de un negocio de venta e instalación de luces para carros.
Los pobladores del sector Chamelecón sostienen que no han tenido paz desde hace meses, ya que en el tiempo de lluvias el problema del derrumbe en la colonia Lempira hizo que perdieran horas en el tráfico y ahora, la reparación de la carretera, ya que las filas comienzan desde mucho antes de llegar a la Gran Central de Buses.
“Por ahora nos afecta en el día, con el derrumbe era en la noche también, son todos los días, yo pierdo hasta cuatro horas, debe haber más maquinaria, más personal para que avancen más rápido.
Tengo un compañero que vive en Naco, ese pobre hombre se levanta a las cuatro de la mañana y va llegando a las ocho al trabajo, se va a las cuatro de la tarde y llega a las diez a la casa”, compartió José Mejía, residente del sector Chamelecón.
Lesby López, dueña de un negocio de frutas y golosinas, dijo estar preocupada con esta situación, ya que en ocho días sus ventas se han reducido significativamente.
“Tenemos que cumplir con compromisos, pagar producto y ha bajado la venta, la gente se desespera con estas calores y en esas filas por horas”, expresó.
El ciudadano Antonio Rivas, opinó que el infierno vial que se forma a diario afecta a todos y que las quejas deben ser escuchadas por las autoridades.
Benjamín Castro, representante de la Cámara del Transporte de Carga de Honduras (Catracho), dice que como la carretera estaba destruida, no cree que estos trabajos demoren poco tiempo.
“Tienen que reparar hasta La Ceibita (Quimistán, Santa Bárbara), nuestros motoristas envían una foto a los clientes que están parados en el tráfico para justificar la tardanza”.
Castro detalló que un viaje que duraba de un día para otro, ahora tarda tres días por el daño de la carretera, un solo camión puede reportar pérdidas de unos L75,000 en cinco viajes.
LA PRENSA contactó al ministro de la SIT, Octavio Pineda, para conocer detalles sobre estos trabajos, pero no hubo respuesta.
