TEGUCIGALPA. La insensatez de los políticos tiene a Honduras en una crisis que amenaza no solo con traspasar la capacidad de mediación nacional, sino con una parálisis de la administración gubernamental y con llevarse de encuentro la institucionalidad, consideran diferentes sectores sociales del país.
Representantes de organizaciones no gubernamentales, empresarios, analistas, dirigentes obreros y la misma Iglesia católica lamentan que el embrollo político sea generado por políticos suicidas que buscan sus propios intereses, los de sus partidos, de grupos económicos, y hasta del narcotráfico y crimen organizado.
Para el analista Eugenio Sosa, si las posiciones se mantienen inamovibles y si no se encuentra una solución la situación podría desembocar en una crisis nacional de grandes dimensiones.
A criterio de Melissa Elvir, directora ejecutiva de la organización Democracia sin Fronteras, lo que está sucediendo en el Congreso Nacional “más allá de un problema jurídico es un problema político”, que se resuelve mediante el consenso. Si no hay un diálogo se va a generar una crisis sin precedentes que podrá en riesgo la seguridad jurídica y sin esta no habrá inversionistas que vengan al país.
“Una mediación desde el ámbito internacional sería lo más adecuado en caso de no confiar en aquellas figuras de notables que pudieran crear una mediación nacional”, sugirió Elvir.
El empresario Juan Ferrera lamentó que la clase política no aprenda de sus errores ni viendo los ejemplos sobre todo en América Latina. “No están entendiendo cuáles son los sentimientos y aspiraciones de la gente. Los hondureños lo que queremos es vivir en paz, en armonía social, con inversiones que den empleo de calidad, porque hay tanta juventud preparada pero no encuentra la oportunidad de un trabajo digno”.