San Pedro Sula, Honduras.
La exrectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah) y actual integrante del consorcio observador electoral, Julieta Castellanos, señaló que el “bipartidismo”, la suma de votos obtenidos por los tradicionales Partido Nacional y Partido Liberal ha logrado duplicar el respaldo conseguido por el Partido Libertad y Refundación (Libre) en las urnas.
Castellanos sostuvo que Libre habría perdido “al menos 1.2 millones de votantes”, una caída que califica de dramática y que exige una explicación pública a sus seguidores sobre la magnitud de este descalabro.
Los datos oficiales preliminares publicados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) respaldan en gran medida ese diagnóstico. A medida que avanza el escrutinio, el bipartidismo es decir, la combinación de resultados de Partido Nacional y Partido Liberal mantiene una ventaja clara sobre Libre, lo que confirma una derrota simbólica y real para el partido en el poder.
Resultados electorales
En los primeros cortes del escrutinio, el candidato del Partido Nacional, Nasry 'Tito' Asfura, tomó la delantera con aproximadamente 40.56 % de los votos, frente a 38.90 % del candidato del Partido Liberal, Salvador Nasralla; la candidata de Libre, Rixi Moncada, quedaba tercera con cerca del 19.54 %.
Tras nuevas actualizaciones, Asfura retomó la delantera. Con alrededor del 87-88 % de las actas escrutadas, el conteo arroja cerca de 1,137,467 votos para Asfura (40.20 %) frente a 1,118,358 votos para Nasralla (39.51%). Moncada representando a Libre acumula 545,966 votos, equivalentes a 19.29 % del total, muy rezagada respecto a los dos partidos tradicionales.
Esa brecha electoral refuerza la afirmación de Castellanos, el bipartidismo está prácticamente duplicando en apoyo a Libre al menos en términos relativos y la desbandada de votantes parece real.
Para Castellanos, esta derrota no es un simple traspié electoral, sino el síntoma de una pérdida estructural de respaldo a Libre, la magnitud de la caída evocada en su cifra de “1.2 millones de votantes perdidos”exige respuestas del liderazgo del partido: explicar a sus bases las razones del desgaste, evaluar responsabilidades internas, y replantear su estrategia política de cara a futuros procesos.
La derrota tiene implicaciones más allá de la presidencia, se perfila como un revés general en la legitimidad del partido, lo que podría debilitar seriamente su representación en el Congreso, en gobernaciones departamentales y en municipalidades.