Durante décadas, Sylvester Stallone ha sido presentado como la personificación del sueño americano en Hollywood: el hombre que pasó de la precariedad absoluta al estrellato mundial gracias a una historia escrita con sus propias manos.
A los 79 años, el actor volvió a mirar atrás en una entrevista reciente con CBS News, emitida este 19 de diciembre, donde habló no solo de su ascenso profesional, sino también de las cicatrices emocionales que aún carga desde la noche más importante de su carrera.
A mediados de los años setenta, Stallone era un actor desconocido, con problemas económicos severos y escasas oportunidades. En ese contexto escribió el guion de "Rocky", inspirado en la idea de que un hombre común podía resistir, aun cuando todo parecía perdido.
El libreto despertó rápidamente el interés de los estudios, pero con una condición que pondría a prueba su convicción: querían comprar la historia, pero no querían a Stallone como protagonista. Durante la entrevista, recordó cómo las ofertas subían de manera constante.
“Empezó en 20, luego subió a 80, después a 160 y luego a 360...”, relató. Aun necesitando desesperadamente el dinero, se negó a ceder el papel. “No podía hacerlo”, afirmó, convencido de que "Rocky" solo funcionaba si él mismo lo interpretaba.
La apuesta fue radical, pero el resultado superó cualquier expectativa. Estrenada en 1976, "Rocky" se convirtió en la película más taquillera del año y, en 1977, ganó tres premios Oscar, incluido mejor película.
Sin embargo, lejos de ser un recuerdo plenamente feliz, Stallone confesó que aquella noche estuvo marcada por una profunda tristeza. “Se sintió como un momento volcánico, y luego fue muy triste”, dijo con evidente emoción.
El motivo fue la ausencia de sus padres, con quienes mantenía una relación compleja. “Quieres que estén las personas que amas y que te negaron, ahora estás aquí, estás en los Oscar, y no quieren ir”, recordó. Ese vacío, confesó, fue devastador.
“Te das cuenta, en ese momento, de que nunca, jamás, vas a llegar a aceptar esto”, añadió. “Y piensas: ¿Qué más necesitas? ¿Qué carajos más necesitas hacer para decir: ‘Aquí estoy. Yo hice esto?’”.
Con los años, esa experiencia se transformó en una reflexión sobre la paternidad. “Es una lección real, Gayle”, dijo en CBS Mornings. “Los padres deben aprender. Los hijos son como arcilla blanda... Los moldeas, los lastimas, o los tiras de la mesa, y ya no vuelven a tener la misma forma”.
“Yo sigo cargando con eso. Ojalá no fuera así. Rezo y hago de todo, pero siempre está ahí”, confesó, dejando ver que el éxito nunca borró del todo las heridas de la infancia.
Stallone ha hablado en múltiples ocasiones de un pasado marcado por el divorcio de sus padres, el abuso y la soledad. En la entrevista recordó que su padre fue emocional y físicamente violento tras la separación. “Después de un tiempo, aprendes simplemente a esperarlo”, dijo.
A ello se sumó la parálisis facial parcial causada por una lesión durante el parto, condición que afectó su habla y lo convirtió en blanco de acoso durante su niñez. En el podcast Unwaxed (2021), conducido por sus hijas, reveló que pasó años prácticamente solo, incluso siendo dejado a diario en un hogar de ancianos por falta de guarderías.
Hoy, a pesar de todo, Stallone sigue activo en la industria. En 2025 fue homenajeado en la gala del Kennedy Center y actualmente trabaja en la cuarta temporada de "Tulsa King".