Estados Unidos.
El certamen Miss Universo, símbolo de belleza y elegancia, también ha sido escenario de controversias que ponen en riesgo la corona.
La reciente coronación de la mexicana Fátima Bosch en Bangkok, Tailandia, quedó opacada por denuncias de presunto fraude, renuncias de participantes y reclamos contra la organización. Estos hechos han generado dudas sobre la estabilidad de su reinado.
LEA: Lupita Jones defiende a Fátima Bosch, Miss Universo 2025
Aunque la destitución de una Miss Universo es poco común, ya ha ocurrido antes. En más de siete décadas de historia, dos reinas han perdido oficialmente la corona. Los motivos han variado, pero suelen estar ligados a:
Incumplimiento de contratos: las ganadoras deben cumplir con una agenda estricta de actividades y compromisos internacionales.
Conducta inapropiada o escándalos mediáticos: situaciones que dañen la imagen del certamen pueden derivar en la pérdida del título.
Renuncias voluntarias: algunas reinas han decidido abandonar el cargo por motivos personales o desacuerdos con la organización.
Irregularidades en la elegibilidad o en el proceso de selección: Si se descubre que la ganadora no cumplía requisitos esenciales (documentación, elegibilidad, veracidad de datos) o hubo fraude en la selección, la corona podría ser retirada.
Las reinas que han perdido la corona
A lo largo de la historia del certamen, pocas ganadoras han perdido la corona, pero esos casos marcaron un precedente.
El más recordado es el de Oxana Fedorova, Miss Universe 2002, destituida tan solo unos meses después por “no cumplir con sus obligaciones”. En su lugar, la organización coronó a la primera finalista, Justine Pasek.
Antes de ella, en 1974, Amparo Muñoz renunció al título tras desacuerdos con la organización, convirtiéndose en uno de los episodios más comentados del certamen. Aunque oficialmente fue una renuncia, la MUO la retiró de la agenda y no la reemplazó, situación que se considera un antecedente de destitución.
El caso actual
En la edición 2025, las acusaciones de irregularidades en la elección de Fátima Bosch y la salida de varias candidatas antes de la gala final han intensificado la controversia. La presión mediática y el escrutinio público abren la posibilidad de que la organización evalúe medidas drásticas, incluida la destitución.
Convertirse en Miss Universo implica representar valores de integridad, disciplina y compromiso social.
La corona no solo premia la belleza, sino también la responsabilidad de ser embajadora global. Cuando estos principios se ven comprometidos, la organización puede optar por retirar el título para proteger la credibilidad del certamen.
.