California, Estados Unidos.
Ser una actriz mundialmente conocida a punto de cumplir 50 años no beneficia lo más mínimo la autoestima de Helena Bonham Carter, quien reconoce obsesionarse de tiempo en tiempo con sus 'pequeñas' imperfecciones, tanto que, ocasionalmente, recurre al bótox para intentar corregirlas.
'Te deprimes con las pequeñas cosas, tipo: '¡Oh Dios mío, una arruga nueva!'. Y lo malo es que empiezas a crear una lista de imperfecciones en tu cabeza. La cuestión es que tu cuerpo envejece a diferentes velocidades. Por ejemplo, mis rodillas parecen increíblemente viejas, ¡como si tuviera unos 100 años! Pero hay otras partes de mi cuerpo que no están tan mal. Hay mucha gente mayor muy activa y, si consigues mantenerte sana, sobre todo mentalmente, solo puedes ir a mejor con los años', explicó la actriz al periódico Sunday Times.
Ser etiquetada como una 'rosa inglesa', prototipo de mujer pálida, normalmente rubia y con las mejillas coloradas del Reino Unido, en su juventud resultó extremadamente confuso para la intérprete, que no se sentía identificada con ese tipo de belleza.
'Me han llamado 'rosa inglesa', pero en realidad nunca he parecido británica. Mi madre es mitad francesa, mitad española, y yo me parezco a ella, soy morena. Cuando era joven era muy extraño. Hasta que no tienes un poco de confianza en ti misma y aprendes a no prestar demasiada atención a lo que opinan los demás sobre tu cuerpo o tu apariencia, ese tipo de obsesión puede llegar a ser letal', confesó la actriz.
Hace apenas dos años Helena vivió uno de los cambios más dolorosos de su vida: poner fin a su relación de 13 años con el director Tim Burton, con quien tiene dos hijos, Billy Raymond (12) y Nell (8), y siete películas en común. No obstante, en lugar de sumirse en una depresión, la actriz decidió convertir su dolor en una oportunidad para descubrirse a sí misma.
'Sientes muchísimo dolor: es la muerte de una relación, así que es muy desconcertante. Tu identidad cambia, todo cambia. Todo el mundo te dice que tienes que ser fuerte y mantener el tipo, pero no pasa nada por ser frágil. En este momento me siento autosuficiente. Quiero descubrir quién soy por mí misma; es bastante liberador. No tengo prisa, nunca he sido alguien que necesite ser la mitad de algo. Y tengo a mis hijos, que es lo más importante', admitía la intérprete a la revista Harper's Bazaar.
