San Pedro Sula, Honduras
Cada 28 de diciembre, Día de los Inocentes, las redes sociales y los medios se llenan de bromas que buscan sorprender, confundir o simplemente divertir.
Sin embargo, en la era de la información digital, esas bromas pueden cruzar rápidamente la frontera de la inocencia y transformarse en desinformación con consecuencias reales.
Lo que antes quedaba en una risa familiar o en un titular impreso de un diario que al día siguiente se aclaraba, hoy puede amplificarse en minutos y ser tomado como verdad por miles o millones de personas.
En un ecosistema mediático saturado y acelerado, una “noticia falsa por broma” puede desencadenar reacciones políticas, económicas o sociales que nadie anticipó.
Desde famosos “muertos” que en realidad están vivos hasta decisiones políticas inventadas, todo puede viralizarse y desatar pánico, indignación o incluso daño emocional.
Los algoritmos no distinguen entre verdad y mentira, solo entre lo que genera clics y lo que no.
Hoy, además con inteligencia artificial (IA), editores de imagen avanzados y técnicas de manipulación cada vez más sofisticadas, una broma malintencionada o sin contexto puede parecer absolutamente real.
El problema ya no es solo quién la crea, sino quién la replica sin verificar.
A continuación, LA PRENSA Verifica explica los riesgos que se corren en el Día de los Inocentes por las "bromas" disfrazadas de desinformación:
Plataformas digitales, el vehículo
La velocidad con la que circula la información en plataformas como X (antes Twitter), TikTok, Facebook o WhatsApp ha convertido al 28 de diciembre en una fecha de alto riesgo informativo.
Las cadenas de mensajes, los videos editados y las publicaciones virales pueden alcanzar millones de visualizaciones antes de que alguien cuestione su veracidad.
Y aunque muchas veces los emisores originales de las bromas aclaran que se trataba de una inocentada, para entonces el daño ya está hecho.
Los medios de comunicación tradicionales también enfrentan un dilema: sumarse al juego con publicaciones graciosas y livianas o mantenerse al margen por responsabilidad editorial.
Algunos optan por advertir claramente que se trata de contenido falso con etiquetas visibles, mientras otros aprovechan el caos para ganar visitas sin pensar en las consecuencias.
Por eso, desdE LA PRENSA Verifica y EH Verifica hemos alertado sobre el repunte de contenido engañoso durante esta fecha.
“Las bromas pueden parecer inofensivas, pero muchas veces sirven como excusa para desinformar o sembrar narrativas falsas que luego perduran”, señalaamos en un artículo de 2024.
Reflexionar y fomentar crítica
El Día de los Inocentes debería ser una invitación a reflexionar más que a engañar. En un contexto global donde la desinformación ha influido en elecciones, crisis sanitarias y conflictos sociales, cualquier excusa para normalizar las noticias falsas es peligrosa.
Hoy, más que nunca, es necesario promover una ciudadanía digital crítica, capaz de distinguir entre una broma inofensiva y una manipulación informativa.
La solución no está en cancelar el humor, sino en encauzarlo con responsabilidad. Las bromas que no dañan, que se contextualizan o que permiten una rápida identificación como tales, pueden seguir formando parte de esta tradición.
Pero cuando el chiste se vuelve viral y deja una secuela de confusión o angustia, ya no es tan gracioso.
En definitiva, el 28 de diciembre puede seguir siendo un día para reír, pero también debe ser un día para pensar. En tiempos donde la verdad está bajo constante amenaza, cuidar lo que se dice y se comparte es un acto de responsabilidad.