San Pedro Sula, Honduras
La creación de Chekeabot marcó un punto de quiebre en la cobertura electoral en Honduras y dejó aprendizajes clave para el periodismo.
El chatbot de inteligencia artificial (IA) desarrollado por LA PRENSA Verifica y EH Verifica, surgió para atender vacíos informativos que históricamente han sido aprovechados por la desinformación en procesos electorales.
La experiencia confirmó que la innovación tecnológica puede fortalecer la democracia, siempre que esté guiada por criterios humanos, éticos y periodísticos.
Durante las elecciones generales, Chekeabot respondió en tiempo real preguntas básicas pero decisivas para el ejercicio del voto. ¿Los militares pueden votar? No. ¿La ley obliga a votar en plancha? Tampoco. ¿Es obligatorio presentar el DNI para votar? ¿Existen multas por no acudir a las urnas?
Estas dudas circularon con fuerza antes y durante la jornada electoral, impulsadas en muchos casos por actores políticos y candidatos que promovieron afirmaciones falsas o engañosas.
Los vacíos informativos, una vez más, fueron el terreno fértil para la desinformación, y esa realidad quedó plenamente evidenciada.
Frente a ese contexto, Chekeabot se convirtió en una herramienta estratégica. A diferencia de los artículos tradicionales de pedagogía electoral —que también se publicaron—, el chatbot ofreció respuestas inmediatas, claras y personalizadas.
Esa interacción permitió atender de forma más rápida, precisa y espontánea a la audiencia, justo cuando la necesidad de información era más urgente y sensible.
El primer aprendizaje fue contundente: la población hondureña necesita mayor educación electoral. Las consultas recurrentes revelaron que aspectos básicos de la ley electoral siguen siendo desconocidos para amplios sectores, lo que los vuelve especialmente vulnerables a la manipulación y a los bulos.
En ese escenario, la inteligencia artificial funcionó como un asistente pedagógico, un apoyo constante que acompañó al usuario en la comprensión de sus derechos y deberes ciudadanos.
Innovar con límites y supervisión humana
El segundo gran aprendizaje estuvo en el uso mismo de la inteligencia artificial. Chekeabot confirmó que la IA puede ser eficiente, vanguardista y capaz de sistematizar procesos informativos complejos, pero también que tiende a cometer errores.
El desarrollo del chatbot fue un proceso de prueba y error. Incluso cuando se consideraba que el entrenamiento era suficiente, surgieron inconsistencias, respuestas imprecisas y fallas que obligaron a ajustes constantes.
Esto dejó una conclusión clara: nunca se debe dejar todo al criterio de la inteligencia artificial.
Por esa razón, Chekeabot operó siempre bajo supervisión humana. Periodistas y especialistas en verificación definieron las respuestas, corrigieron errores y establecieron límites claros.
La IA no sustituyó el criterio periodístico, sino que actuó como una herramienta asistida, guiada de principio a fin por profesionales del combate a la desinformación.
Además, se advirtió de forma permanente al público que se trataba de contenido generado con inteligencia artificial, como parte de los principios normativos y éticos del proyecto.
Informar al usuario y al lector sobre el uso de IA fue una decisión clave y esencial para la transparencia.
Otro aprendizaje fue entender la innovación como complemento, no como reemplazo. Apostar por un chatbot no significó abandonar los formatos clásicos del periodismo.
Al contrario, Chekeabot se integró a una estrategia más amplia que incluyó artículos explicativos y verificaciones tradicionales.
Esa combinación amplió el alcance de la pedagogía electoral y permitió adaptarse mejor a los hábitos digitales de la audiencia.
Habilitado en LA PRENSA y El Heraldo, el chatbot demostró que es posible innovar sin perder rigor ni responsabilidad.
Finalmente, las elecciones dejaron un reto pendiente: preparar también a la población para el uso de estas herramientas.
Más allá de la novedad tecnológica, se requiere una pedagogía en inteligencia artificial que ayude a comprender su alcance, sus límites y su importancia social.
Chekeabot no solo respondió dudas electorales; dejó aprendizajes sobre cómo enfrentar la desinformación, innovar desde el periodismo y aplicar estas herramientas en otros temas coyunturales de la sociedad hondureña.