La aparición de los teléfonos plegables marcó un hito en la evolución de la telefonía móvil. Simbolizan la capacidad del sector para reinventarse y desafiar los límites del diseño tradicional, al tiempo que atienden a un segmento de usuarios que valora la versatilidad de este formato.
Cada nuevo lanzamiento en esta categoría eleva las expectativas, tanto de entusiastas de la tecnología como del público general. Los plegables no solo representan una innovación en términos de hardware, sino que también transforman la experiencia del usuario, redefiniendo lo que un teléfono inteligente puede hacer.
Su evolución ha estado acompañada por avances notables en materiales, ingeniería y diseño. Los primeros modelos enfrentaron desafíos significativos, especialmente en la durabilidad de sus pantallas.
Sin embargo, la industria ha respondido con soluciones que aumentan su resistencia, como el uso de polímeros flexibles, vidrios ultradelgados y sistemas de bisagra más sofisticados.
Estos dispositivos han logrado evolucionar sin sacrificar rendimiento ni autonomía. Algunas de sus principales ventajas son:
Pantalla expandible: esta permite una visualización inmersiva, ideal para multimedia, juegos y productividad.
Versatilidad: combinan lo mejor de un teléfono inteligente y una tableta.
Portabilidad: su formato permite llevarlos en el bolsillo.
Interacción personalizada: el usuario puede reorganizar apps en una superficie más amplia.
Durabilidad mejorada: más resistencia a arañazos y roturas.
Diseño atractivo y funcional: fusiona estética con libertad de uso.
Pantalla secundaria externa: permite realizar tareas básicas sin desplegar el dispositivo.
Un pliegue que amplió el mundo del smartphone
El Royole FlexPai, lanzado en 2018 en China, fue el primer dispositivo comercialmente disponible de este tipo. Con una pantalla AMOLED de 7.8 pulgadas, resolución 1440p y formato 4:3, se plegaba hacia afuera y ofrecía la posibilidad de usarse como teléfono o como tableta. Aunque su propuesta fue pionera, su diseño y tecnología están lejos de los estándares actuales.
Samsung ha sido un actor clave en la consolidación de esta categoría. En 2019 lanzó el Galaxy Fold, el primer plegable vendido de forma masiva. En solo tres meses colocó unas 400,000 unidades. Introdujo el concepto de pantalla que se pliega hacia adentro, con una secundaria externa, y motivó a la industria a repensar el smartphone. Este modelo creó una categoría nueva, combinando portabilidad, productividad y diseño vanguardista.
En 2020, Samsung presentó el Galaxy Z Flip, el primer dispositivo con pantalla de cristal flexible que se pliega verticalmente como un teléfono tipo "almeja". Ofrece una pantalla AMOLED de 6.7 pulgadas con relación de aspecto cinematográfica. Con la bisagra Hideaway, el usuario puede abrir el teléfono en múltiples ángulos para realizar videollamadas o selfies con manos libres. El modo Flex permite dividir la pantalla en dos zonas, ideal para tareas simultáneas.
Samsung y su ingeniería avanzada
Samsung ha liderado el desarrollo de tecnologías clave para plegables: bisagras duraderas y resistentes al polvo, vidrio ultrarresistente Corning® Gorilla® Glass Victus™ y certificaciones de resistencia al agua que elevan el estándar de confiabilidad. Además, su ecosistema y optimización con inteligencia artificial han potenciado la experiencia de usuario, facilitando la multitarea, la productividad y el entretenimiento.
Lo que viene
El liderazgo de Samsung en este segmento es resultado de su inversión en investigación y desarrollo. Los avances en diseño, visualización y funcionalidad que veremos en el próximo Galaxy Unpacked, que se llevará a cabo esta semana en Brooklyn, Nueva York, y confirmarán que el usuario sigue estando en el centro de su visión estratégica para transformar la experiencia móvil.
Por: José Joaquín Urbina, director senior de Experiencias Móviles, Samsung Centroamérica y el Caribe.
