Un conductor captó en video el instante preciso en que una grúa y un vehículo colisionaron la noche del martes 25 de noviembre en la carretera CA-5, a la altura del sector Las Flores, en Santa Cruz de Yojoa, Cortés.
El accidente dejó como víctima mortal a Miguel Venancio Madrid Raudales, de 50 años, quien fue aplastado por la pesada unidad.
Madrid Raudales, ingeniero agrónomo, regresaba a su vivienda luego de concluir su jornada laboral cuando la grúa, que presuntamente sufrió fallas mecánicas, se volcó, invadió su carril y lo impactó de manera frontal.
En las imágenes divulgadas en redes sociales se escucha al conductor que grababa advertir la situación: “Mirá a esa grúa, esa grúa va sin frenos, va sin frenos (...). Uy, se va a dar en la madre. Uy, se va a dar vuelta. Ay, Señor bendito, no lo puede parar la grúa”, exclamó en los primeros segundos del video.
El material audiovisual muestra cómo la grúa avanza a exceso de velocidad y pierde totalmente el control al intentar tomar una curva, ingresando al carril contrario y estrellándose contra el vehículo del ingeniero.
Tras el brutal impacto, el testigo gritó desesperado: “¡No, por Dios, no! ¡Por Dios, no puede ser! ¡Ay, Señor! ¡Se mató, se mató, se mataron, se mataron!”.
¿Qué pasó con el conductor de la grúa?
La Policía Nacional confirmó la detención en flagrancia del conductor de la grúa, a quien se le supone responsable del delito de homicidio imprudente.
La Sección de Investigación de Accidentes de Tránsito (SIAT) le practicó la prueba de alcoholemia, cuyo resultado fue negativo. El detenido, un hombre de 44 años originario de Tegucigalpa, fue trasladado al Hospital Mario Catarino Rivas de San Pedro Sula, donde recibió atención médica por las lesiones sufridas.
Las autoridades policiales mantienen abierta la investigación del caso. Indicaron que Carlos Aníbal Gonzales, conductor de la grúa, manifestó que los frenos del vehículo le fallaron y que no logró maniobrar para evitar la tragedia.
Altibajos y legado profesional
La vida del ingeniero estuvo marcada por múltiples altibajos, entre ellos la pérdida de su pequeño hijo de cinco años. Aun así, su espíritu de servicio lo llevó a trabajar en favor de la juventud estudiantil de escasos recursos, a quienes ayudaba gestionando becas para que la falta de dinero no limitara sus sueños de culminar sus metas educativas.
El legado del profesional de la agronomía es amplio. Un legado que abrazó con dedicación gracias a su madre, Julia Isabel Raudales Molina, con quien, desde 2002, trabajó junto a otras personas para apoyar a más de 500 estudiantes de Los Almendros y comunidades aledañas mediante las iglesias Santa María y San Gaspar de Taulabé, así como organizaciones internacionales.