Uno de los criminales que participó en la masacre que se registró la madrugada de ayer en el bulevar Morazán permanece con vida en una clínica privada.
El herido es uno de los vinculados en el tiroteo protagonizado por un grupo de encapuchados, en el cual falleció Said Lobo, hijo del expresidente Porfirio Lobo, y tres personas más.
El joven fue ingresado para recibir asistencia médica e inicialmente se señaló que había fallecido durante la operación a casua de una herida de arma de fuego.
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A eso de las 10:00 am de ayer, equipos de la DPI y Policía Nacional llegaron a la clínica.
En los videos grabados por las cámaras de videovigilancia se observa que tras el tiroteo, el supuesto sicario recibió un disparo en una de sus piernas y quedó tirado en el pavimento.
Uno de sus acompañantes lo levantó, lo subió a un carro y lo trasladó al centro asistencial.
