Con alegría y emoción, Jorge Ozael Durón Guifarro, de 10 años, ingresó junto a un grupo de 16 niños y adolescentes en la procesión de entrada, mientras los fieles entonaban el canto “Iglesia soy”.
Era su Primera Comunión, una celebración presidida por los presbíteros Alex Ramos y Javier Santos, que llenó de gran júbilo a la comunidad de la Iglesia Espíritu Santo, ubicada en la colonia Jardines del Valle, en San Pedro Sula.
Los padres de Jorge Ozael, Jorge Alberto Durón Silva y Delia Susana Guifarro Díaz, expresaron su alegría y agradecimiento a Dios por ver a su hijo dar este paso tan importante en su formación espiritual y personal.
Jorge Alberto Durón Silva manifestó su alegría al ver a su hijo recibir la Primera Comunión, una experiencia que le recordó su bautizo, cuando, junto a su esposa, se comprometieron a formarlo en la fe cristiana. “Me llenó el corazón de alegría”, dijo emocionado.
Comentó que el conocimiento que ha recibido su hijo después de dos años de formación en la iglesia, mediante los catequistas, así como el que le ha brindado su familia, le enseña “a amar a Dios por sobre todas las cosas”.
Por su parte, Delia Susana Guifarro enfatizó que el amor a Dios debe ser la prioridad antes que la educación académica o las aspiraciones materiales. “Me siento feliz y agradecida con el Señor por darle a mi hijo la oportunidad de recibir este sacramento”, afirmó.
Señaló que, como familia, sienten un fuerte compromiso con la formación espiritual de Jorge Ozael, asistiendo juntos a misa los domingos y participando en diversas actividades religiosas.
Eucaristía
El presbítero Alex Ramos expresó que la Eucaristía representa una participación directa en el reino de Cristo y un anticipo del cielo para los fieles.
El párroco invitó a los niños y adolescentes a asistir con frecuencia a las misas para recibir el cuerpo y la sangre de Cristo. “Hay que alegrarse porque Cristo mismo viene a morar, a vivir en nuestro corazón”, expresó.
A los padres, los exhortó a dar un buen ejemplo a sus hijos asistiendo a la misa cada domingo. “No porque es un deber, sino porque aquí nos alimentamos de Cristo. Aquí recibimos nuestra salvación, nuestra redención”, indicó.
Como parte del rito religioso, los niños realizaron el encendido de la vela que simboliza la luz de Cristo, que los guiará en su vida y los llama a ser luz para los demás.
Los niños también renovaron de manera consciente las promesas bautismales que sus padrinos hicieron el día de su bautizo.
Por primera vez, los niños y jóvenes recibieron el cuerpo y la sangre de Cristo, un acto de profunda unión espiritual.
La recepción
Después de la misa, los familiares y amigos se reunieron en el Hotel Hilton, donde compartieron momentos especiales con quienes han sido parte fundamental en la vida de Jorge Ozael.
Melissa Turcios Arriaga, directora de la Escuela Western International School, expresó su satisfacción por acompañar este paso espiritual de uno de sus estudiantes. “Siento mucho gozo ver que lo están formando en este camino”.
Arriaga citó la palabra de Dios que dice: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”.
La directora también manifestó su alegría al ver que los estudiantes están siendo formados como seres humanos integrales, donde la educación espiritual complementa la formación académica.
La celebración siguió llena de alegría. Familiares y amigos acompañaron a Jorge Ozael en este paso trascendental, brindando con el corazón agradecido y pidiendo a Dios que siga iluminando cada paso de su camino.