Luego de 56 años de trayectoria, la Academia Americana de San Pedro Sula cerró oficialmente sus puertas, pero no sin antes entregar al país una última generación de egresados. Fueron 41 nuevos bachilleres bilingües quienes, acompañados de sus seres queridos, celebraron este hito académico en una noche cargada de orgullo, gratitud y emoción.
El honor de pertenecer —o haber pertenecido— a esta institución icónica es un legado que permanece en el corazón. Así lo demostraron los seniors 2025, quienes cerraron con alegría y nostalgia un capítulo que ocupará un lugar especial en su memoria.
Durante la velada, los nuevos bachilleres hicieron su entrada triunfal junto a sus padres, recorriendo la pista principal donde bailaron el tradicional vals, símbolo del vínculo y apoyo incondicional entre padres e hijos. Las ovaciones no se hicieron esperar, convirtiéndose en un tributo de amor a los graduados, que correspondieron con sonrisas llenas de gratitud.
Más adelante, los jóvenes volvieron a desfilar, esta vez en solitario, entre luces y al ritmo de la música del DJ David Galindo, quien animó la gala con una selección vibrante.
Uno de los momentos más emotivos de la noche fue el brindis. Allí, entre palabras sentidas, se agradeció por cada enseñanza, cada gesto y cada instante compartido. También se elevó un mensaje de gratitud a Dios por permitirles formar parte de esta institución privada de prestigio en la zona norte del país: la emblemática Academia Americana, cofundada por la profesora Olga Mackay de Rodgers y su amiga Joan Werner.
