Dos niños quemados por pólvora registra ya el hospital Mario Rivas

Cada año el centro asistencial de la zona norte atiende unos 15 niños con lesiones por manipular pólvora. El personal de salud hace un llamado a la prevención

Dos niños quemados por pólvora registra ya el hospital Mario Rivas
San Pedro Sula, Honduras.

El hospital Mario Rivas reportó los dos primeros casos de niños con quemaduras por pólvora atendidos en la sala de emergencia, una situación que ha alertado al personal de salud, quienes hacen un llamado urgente a la prevención.

El doctor David Mendoza, jefe de Pediatría del centro asistencial, indicó que ambos menores presentaban lesiones leves, pero que su llegada anticipada es preocupante, ya que apenas está comenzando diciembre, mes en que se usan estos explosivos para celebrar la Navidad.

"Se trata de una adolescente con quemaduras en el tórax y un preescolar con quemaduras leves en la mano. Gracias a Dios no ocuparon mayor cosa que una limpieza y manejo en casa, pero aún ha empezado la época donde se usan más los cohetes y ya estamos con viendo pacientes quemados", lamentó.

El pediatra recordó que el año pasado cerraron la temporada con 15 menores hospitalizados por quemaduras relacionadas con pólvora. Aunque reconoció que, en comparación con los últimos cinco años, la incidencia ha disminuido gracias a las campañas de concienciación.

Doctor David Mendoza, jefe de Pediatría del hospital Mario Rivas.

Acerca de los casos, dijo que en su mayoría son niños, que debido a la curiosidad tienden a manipular estos objetos. Mendoza enfatizó que muchas veces los padres se excusan en un descuido, pero que esto no les quita responsabilidad, ya que son ellos los llamados a protegerlos.

Informó que los médicos del hospital cada año atienden quemaduras que van desde primer hasta tercer grado. Las manos son las zonas más afectadas, pero también se registran lesiones en los ojos y oídos, capaces de dejar secuelas permanentes.

A esto se suman cicatrices físicas y traumas emocionales que pueden perdurar por años.

Recordó que el año pasado dos niños fueron ingresados a la Unidad de Cuidados Intensivos debido a la gravedad de sus lesiones y luego trasladados al hospital de quemados, lo que evidencia el alto riesgo que implica la manipulación de dichos artefactos explosivos.

"Hay niños que han perdido sus ojos, la audición, han perdido dos o tres dedos y en casos extremos hasta pierden una mano. Esto no solo deja cicatrices físicas, sino también emocionales", expresó.

Cada año decenas de niños resultan con lesiones por pólvora en Honduras.

Más allá del dolor físico, los niños que sufren quemaduras por pólvora también suelen desarrollar ansiedad, miedo, dificultad para adaptarse e incluso duelo debido a las cicatrices, la pérdida de extremidades o funciones como la visión, audición o la movilidad de dedos y manos.

Mendoza compartió que los pacientes con quemaduras suelen requerir un abordaje integral, incluyendo a pediatras, cirujanos, intensivistas, psicólogos, terapeutas y personal de enfermería, y en algunos casos, el proceso puede prolongarse durante meses.

Además de las lesiones por pólvora, el hospital registra con frecuencia accidentes por contacto con agua hirviendo o superficies calientes dentro de la cocina, especialmente durante diciembre.

Por su parte, la Fundación para el Niño Quemado (Fundaniquem) dio a conocer que anualemente atiende un promedio de 480 pacientes por quemaduras, de los que el 4% corresponde a pólvora.

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Solo en 2024, el hospital para niños quemados recibió 42 pacientes quemados por pólvora, lo que demuestra que, pese a las restricciones, la práctica continúa siendo un riesgo latente para la niñez hondureña, especialmente en municipios donde su venta sigue siendo legal.

También informaron que en lo que va del año han atendido a diez niños con quemaduras por manipular pólvora, uno de ellos en noviembre, cuando inicia la temporada de fin de año.

Cabe destacar que en San Pedro Sula, la ordenanza municipal “Cero Pólvora” prohíbe la producción, almacenamiento, distribución y venta de artefactos pirotécnicos, imponiendo multas que van desde L10,000 a L50,000 y el decomiso del material.

Tanto Mendoza, como el resto del personal del hospital, consideran fundamental que las autoridades refuercen la vigilancia y actúen ante cada caso reportado, para evitar que más niños resulten heridos durante las festividades.

Además, hicieron un llamado a los padres de familia, para que cuiden a sus hijos, que no permitan que los niños manipulen pólvora y que puedan disfrutar de las fiestas de fin de año en familia, sin hechos que lamentar.

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Jacqueline Molina
Jacqueline Molina
denia.molina@laprensa.hn

Licenciada en Periodismo egresada de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah). Periodista multimedia con experiencia en noticias económicas, salud, historias humanas, cambio climático y biodiversidad. Parte del equipo de LA PRENSA desde 2022.

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