Alrededor de 150 actores con una escenografía, música e iluminación espectacular, recrean el nacimiento viviente en la escuela Franciscana de San Pedro Sula.
Son niños, padres de familia, maestros, exalumnos y voluntarios que se han preparado para revivir el nacimiento de Jesús y las vivencias de María y José en Jerusalén y Belén.
La escuela Franciscana lleva ya 15 años realizando este nacimiento, pero este es especial, porque la historia registra que fue en 1223 cuando San Francisco de Asís organizó el primer pesebre con los feligreses de Greccio en Italia, donde vivió hasta su muerte. De este acontecimiento se cumplen 800 años en 2023.
La recreación comenzó el 8 de diciembre y cada noche hasta el 14 en un horario de 6:00 pm a 9:00 pm los sampedranos pueden vivir la experiencia.
La ofrenda es de L50, que son retornados en artículos que los visitantes pueden cambiar en el mercado, ya sea huevos, pan o jarroncitos de barro.
Antes de comenzar el recorrido, que dura unos 25 minutos, los organizadores le entregan una moneda que usted puede cambiar por productos en el mercado como en aquellos tiempos. De una manera única, las familias van recorriendo y conociendo la vida de José, María y reviviendo todo el camino hasta el nacimiento de Jesús en un pesebre de Belén.
La directora de la escuela Franciscana, Lourdes Fernández, dice que la preparación del nacimiento es una combinación de dedicación, esfuerzo, talento y amor. “Cada año preparamos el nacimiento viviente, pues es una tradición muy franciscana y este año se conmemoran los 800 años del primer pesebre”, dice.
“Todavía quedan unos días y es una oportunidad única para que las familias vengan a disfrutar y a revivir este pequeño minirretiro de adviento”, explica la directora.
Durante el fin de semana centenares de personas llegaron hasta el centro educativo ubicado en la carretera hacia Armenta, contiguo a Altia. Usted puede hacer uso del parqueo de Altia y acudir tranquilamente hasta la escuela para disfrutar la experiencia de 25 minutos en una visita guiada. Para Josefa Reyes fue una experiencia enriquecedora. “Nunca había visitado el nacimiento y decidí hacerlo junto a mi familia, la verdad que es una manera de explicarnos y dar conocer cosas que no sabíamos. Lo que más me impacto es que pareciera que uno está en Tierra Santa y es admirable el gran trabajo que hace el centro educativo”, dice.
Igualmente, Juan Ramón Méndez asegura que las autoridades deben de apoyar este tipo de eventos y acudir porque vale la pena ver el esfuerzo y el talento de todos los que se involucran.
