18/04/2024
07:35 PM

Saludando ingresó Juan Orlando Hernández a la audiencia en la sala del juez Kevin Castel

Vestido con el overol azul de la prisión, camisa salmón y zapatillas naranja llegó a la Corte el expresidente hondureño para enfrentar su proceso judicial por narcotráfico.

NUEVA YORK. Saludando con su mano a algunas personas ingresó el expresidente hondureño Juan Orlando Hernández a la sala donde se desarrolló ayer la audiencia en la Corte del Distrito Sur de Nueva York.

La audiencia comenzó a las 9:02 am hora de Honduras (11:02 en Nueva York). Visiblemente más delgado y vistiendo el overol azul de la prisión, camisa salmón por dentro y zapatillas naranja, con grilletes, mascarilla y anteojos, ingresó a la sala y se sentó en una silla y a sus costados sus abogados defensores.

La tan esperada audiencia generó expectativas entre la población y medios de comunicación nacionales e internacionales reunidos en Manhattan.

Diario LA PRENSA estuvo en la corte en donde enfrenta su proceso legal el expresidente.

Contrario a lo ocurrido en la audiencia virtual realizada el 22 de abril, muchas personas se presentaron al edificio, lo que provocó que los pasillos del piso 11 de la corte estuvieran completamente abarrotados.

En un costado ubicaron a los medios de comunicación y en el otro, a personas que protestaban; entre ellos, discapacitados, adultos mayores y jóvenes que vestían la camiseta de la Selección de Honduras.

Mientras llegaba la hora de la audiencia, ingresó a la sala un agente de los U.S Marshals, que se convirtió en el centro de las miradas. Al fondo se escuchaba una voz que repetía: “Ahí está, ellos lo trajeron”, mientras otro oficial, por motivos de seguridad, revisaba los asientos y mesas en las cuales se sentarían el acusado y los abogados Raymond Colon y Daniel Pérez.

Finalmente, Hernández ingresó a la sala, en la que los murmullos se apagaron, el silencio era tal que daba la impresión de que se escuchaban las palpitaciones aceleradas de los allí presentes. Otra voz desde el fondo, en esta ocasión una dama, expresó: “Estoy nerviosa de la felicidad”, mientras que a escasos metros del juez Kevin Castel se podía observar el momento en el que Juan Orlando Hernández recibía un sobre del servicio postal de Estados Unidos.

Dentro de ese sobre se encontraban las cartas que han enviado sus familiares desde Honduras, con mucha satisfacción y de inmediato Hernández le echó un vistazo a su contenido.

Tiempo

Media hora aproximadamente duró la audiencia del expresidente Juan Orlando Hernández en la Corte del Distrito Sur de Nueva York.

La pregunta

Una vez que inició la audiencia se le acondicionó con un sistema audioparlante por el cual escucharía y respondería lo que se le preguntaba. En ese momento, el juez Kevin Castel preguntó al acusado si se consideraba culpable o no culpable.

El exmandatario trastabilló por un segundo en su respuesta, para luego responder con una voz suave: “No culpable, su señoría”. Estas fueron las únicas palabras que expresó durante la corta audiencia presencial.

Como terrorista

El punto principal dentro de la corte, luego de que Juan Orlando Hernández se declarara no culpable, fueron las denuncias por maltratos y violaciones que, según Raymond Colon, ha recibido su cliente.

El abogado de origen dominicano le expresó al juez Castel las dificultades que ha tenido para poder ver a su cliente, siendo sus solicitudes denegadas por las autoridades carcelarias, el jurista adujo que se le había informado que requeriría un permiso del FBI para poder verle.

Aparte de esas dificultades, Juan Orlando Hernández ha enfrentado múltiples impedimentos, tales como recibir depósitos de dinero para cubrir sus necesidades alimenticias, recibir llamadas telefónicas de sus familiares e, inclusive, el poder practicar ejercicios, ya que solo se le permitieron tres horas en una cancha de baloncesto, privándosele de hacer algo que ha formado parte de su diario vivir. La molestia del abogado defensor era evidente, ya que, según manifestó, durante los 21 días que su cliente ha estado privado de libertad se le han violado sus derechos y él no entiende los motivos de este comportamiento, el cual no reciben otros reclusos en el Metropolitan Detention Center de Brooklyn, Nueva York.

Colon dejó claro que el trato que ha recibido Hernández es el de un prisionero de guerra o un terrorista, además de cuestionar el hecho de estar aislado en el octavo piso, separado de los demás residentes del centro de detención. La promesa del juez Kevin Castel es que las denuncias hechas por Raymond Colon serán analizadas y corregidas a brevedad, por lo que se espera que Hernández reciba un trato igualitario. Con estas medidas se estima que el expresidente podrá tener acceso a correos electrónicos, llamadas telefónicas, dinero para comprar sus alimentos y poder realizar deportes de forma cotidiana. Tanto Hernández como su abogado agradecieron la colaboración del Gobierno estadounidense en esta situación.

Al término de la audiencia, que duró 30 minutos, el expresidente se levantó, se despidió de algunas personas en la corte y rodeado de los custodios se marchó, mientras algunas personas le gritaron: “Arrepiéntete, JOH”, “cinco cadenas perpetuas”, entre otras frases.

La próxima audiencia será el 28 de septiembre a las 11:00 am, cuando se presentarán las evidencias e iniciará el engorroso camino en este proceso judicial del exmandatario hondureño.

Protestas

Desde temprano, los hondureños residentes en la Gran Manzana se apostaron afuera del edificio de la Corte del Distrito Sur portando banderas de Honduras y pancartas con mensajes en contra del expresidente e increparon a los abogados defensores a la salida de la audiencia.

Los manifestantes también encararon a los miembros de la comunidad judía que acudieron a la Corte y que han dado su respaldo a Hernández.

La indignación fue tal que se les recriminó el respaldo económico que se menciona le darán para la fianza, si se la autorizan.