SAN PEDRO SULA. Karla Ayala (de 41 años) es propietaria de una abarrotería en Choloma, y durante este año ha invertido para construir su propia casa. Sin embargo, para su sorpresa, los materiales son cada vez más caros.
Cada mes que pasa, los bloques, tuberías, cableado eléctrico y demás materiales reportan incrementos de precio, lo cual demora la finalización de su vivienda.
En un mundo cada vez más interconectado, los acontecimientos internacionales a nivel del comercio marítimo están afectando directamente la vida y la forma de desarrollar negocios.
La paralización de la actividad económica que se produjo a causa del covid ha dado paso a un aumento imprevisto de la demanda internacional, que a su vez ha desbordado el tráfico marítimo y multiplicado por diez el precio de los contenedores en los que se transportan los productos.
En tanto, las empresas están recuperando el ánimo para reactivar proyectos detenidos por la pandemia, se enfrentan a otro obstáculo: aumentos de precios en materias primas para prácticamente todas las industrias.
Tal es el caso del sector de la construcción. Según desarrolladores, en los últimos meses, la bolsa de cemento, los bloques, el acero y otros productos esenciales de la industria han reportado incrementos considerables.
“El alto valor del traslado de los contenedores y el aumento de precio de combustibles han dado lugar a que la mayor parte de los materiales de construcción hayan subido de entre un 25, y 30% e incluso hasta más”, dijo el arquitecto Juan Carlos Rodríguez. Lo anterior implica que personas y empresas deben destinar entre 12 y 15% adicional de lo que planean invertir para cualquier tipo de construcción.
“Estos son costos que definitivamente tienen mucha afectación para ser los iniciales de operaciones y si lo vemos desde el aspecto social hace que todo esté más caro”, agregó Rodríguez.
En el mercado centroamericano, 47 de los 89 materiales de construcción más comunes reportaron aumentos en sus costos, siendo los derivados del acero los que evidenciaron algunas de las variaciones más elevadas, según el Instituto Nacional de Estadísticas de Guatemala.
La problemática está lejos de normalizarse, puesto que especialistas prevén que las tarifas de fletes seguirán siendo altas durante el próximo año, revela un análisis sobre la situación de los contenedores elaborado por el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep).
“El incremento de costo de fletes incurre en el aumento de los precios de los productos finales y de transformación, hecho que afectará el proceso de reconstrucción y reactivación de la economía nacional e influye de forma indirecta en los niveles inflacionarios, resultado que influiría negativamente en el poder adquisitivo de los ciudadanos y de las empresas”, señala el Cohep.
Según la gremial, el incremento de hasta el 195% en costos de fletes en Honduras fuerzan a las compañías a pagar impuestos sobre el valor CIF (coste, seguro y flete), mismos que no están vinculadas con el precio real del producto, sino con el costo del flete. Por lo que se hace necesario revisar las condiciones actuales de las políticas de aranceles e impuestos sobre valores CIF actuales versus valores FOB (libre a bordo), para aliviar la presión sobre los costos y precios de los bienes para las empresas y consumidores a nivel nacional.
Retos que enfrenta la industria
1- Costos de la edificación residencial han aumentado En esta subida de precios destacan especialmente materias primas como la madera, el cobre o el aluminio, que han subido en los últimos nueve meses, lo que ha encarecido en el último año el coste de hacer la estructura de una vivienda.
2-A pesar de que los desarrolladores han comenzado a reactivar los proyectos paralizados a causa de la pandemia siguen siendo cautelosos considerando que este año es electoral. El sector, al igual que el resto de las industrias, proyecta que comenzarán a recuperarse entre 2022 y 2023.
3-e diferentes instancias, ofrece programas de crédito para el acceso a vivienda. Pese a que estas iniciativas están contribuyendo a estimular la industria, hay desafíos para el acceso a vivienda para el sector clase media, el cual es el gran marginado en estos proyectos.
Propuestas. La Federación de Cámaras y Asociaciones de Exportadores de Centroamérica y el Caribe (Fecaexca) solicitó días atrás a los Gobiernos de la región que intercedan ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) para estabilizar los precios de los fletes marítimos internacionales, debido a los altos costos que han alcanzado.
“El sector exportador centroamericano hace un llamado de alerta a los Gobiernos centroamericanos para que acudan a la OMC y a los entes internacionales que norman el transporte marítimo, para que tomen medidas para estabilizar el transporte internacional y conjuntamente diseñar una estrategia que permita volver a la normalidad el costo de los fletes marítimos internacionales”, dijo la Fecaexca en un comunicado.
Los exportadores basaron su petición en la última actualización publicada por el Índice Global de Transporte de Contenedores.
“En septiembre del año pasado la tarifa de flete semanal promedio por contenedor oscilaba entre $1,200 y $1,400 . En la actualidad, dicho promedio es de $10,996, observó la Fecaexsa.
“Además hay rutas específicas que han cuadriplicado el costo de sus fletes, ya que en septiembre de 2020 tenían un costo aproximado de 4,000 dólares, y un año después ronda los 20,000 dólares”, agregó la gremial.
Según Fecaexca, los altos costos de los fletes marítimos internacionales actuales impactan “en la competitividad de bienes de bajo valor y de alto volumen”, puesto que “en muchos casos el valor del flete se iguala al valor del producto”.
Adicionalmente, la escasez de contenedores y la falta de producción de barcos han extendido los tiempos de espera para desembarcar y embarcar, lo que causa desabastecimiento de materias primas y entregas tardías de productos terminado, señaló Fecexca.
En entrevista a La Prensa de Nicaragua, el presidente de Fecaexca, Guillermo Jacoby, dijo que hay preocupación en CA a causa de la crisis, que incluso ha ocasionado que exportadores de Guatemala y Honduras se queden con su producción de perecederos porque ya tenían contratos internacionales a precios fijos y los compradores no quieren el producto a precios reales.
