Guerra comercial y tarifaria global

El mezclar consideraciones políticas con las comerciales están justificadas cuando se trata de relaciones con Gobiernos inamistosos, no democráticos.

  • Actualizado: 17 de julio de 2025 a las 00:00 -

La imposición de diversas medidas creadas unilateralmente por el presidente Donald Trump con distintas naciones, incluyendo aquellas tradicionalmente amigas y aliadas de los Estados Unidos de América; entre ellas, Canadá, México y la Comunidad Europea, están generando altos niveles de inestabilidad financiera en los mercados de valores, con la posibilidad muy cierta de represalias, en reciprocidad, por parte de países afectados.

El presidente Lula de Brasil ha emitido declaración en tal sentido, tras haber sido gravadas las exportaciones de acero vendidas en la Unión Americana.

La globalización, esto es la liberalización del comercio de bienes y servicios, mercados y flujos de capital, -no así de personas-, ha sido severamente afectada, al igual que la posición de liderazgo geoestratégico de Washington a escala mundial, consolidada tras el fin de la Guerra Fría.

También la Organización Mundial del Comercio - fundada en 1995-, los tratados de libre comercio, la estabilidad del dólar han sido impactadas por decisiones que retornan al proteccionismo y a las tensiones acumuladas que contribuyeron al estallido de la Segunda Guerra Mundial.

El hecho de que estas decisiones tarifarias son alteradas de un día para otro, de manera impredecible, provocan mayores dosis de zozobra e incertidumbre, saboteando cualquier intento de planificación económica de corto y mediano plazo.

El mezclar consideraciones políticas con las comerciales están justificadas cuando se trata de relaciones con Gobiernos inamistosos, no democráticos; empero, cuando se afecta a cercanos y leales aliados, son totalmente contraproducentes e inaceptables, si es que se desea la convivencia pacífica y armónica en el concierto de naciones.

Hoy por hoy, las fuerzas y tendencias centrífugas se imponen, provocando resistencias y rechazos en un mundo multipolar que presencia las disputas por hegemonías, influencias y mercados entre los bloques liderados por las dos superpotencias.

Y en medio de estos enfrentamientos, el resto de países busca acomodarse, en un intento por salvaguardar sus intereses nacionales, sujetos a presiones tales que pueden conducir a rupturas y desequilibrios que desestabilizan la paz y la convivencia armoniosa.

Ciertamente, conduciendo hacia “un mundo para todos dividido”, como vaticinó nuestro poeta Roberto Sosa.

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