La iniciativa empresarial designada con el nombre de Valmoral merece público reconocimiento y respaldo. Grupo Opsa, que edita los diarios LA PRENSA y El Heraldo, se ha sumado a tan loable y meritorio aporte al rescate moral y ético de nuestra Honduras apoyando a las organizaciones de sociedad civil organizada que, actuando en función del bien común, concluyen que es totalmente necesario y posible impedir el deterioro espiritual de nuestra nación, en que la violencia, corrupción, impunidad, secretividad, falsedad, cinismo, hipocresía han, sistemáticamente, socavado las bases estructurales en que se cimientan la convivencia pacífica, el imperio de la ley, la equidad, la igualdad en oportunidades, el patriotismo, la honestidad, la solidaridad, el debido proceso, el rendimiento de cuentas, la transparencia, el recíproco respeto y tantas otras normas de conducta que permiten coexistir en armonía, paz, lealtad, honorabilidad.
Obviamente, corresponde a las autoridades civiles, militares, policiales, religiosas, dar el ejemplo en sus vidas privadas y públicas para erigirse en paradigmas de lo que predican, sirviendo de inspiración para que sus compatriotas secunden y hagan suyos tales comportamientos, con efectos multiplicadores. De lo contrario, triunfa la ley de la selva, el ventajismo, el sálvese quien pueda, que conduce, inexorablemente, más temprano que tarde, al colapso y desintegración del tejido social, a la captura del Estado y la nación por redes delictivas locales e internacionales, que previamente han ido socavando e infiltrando a las distintas instituciones y organizaciones para utilizarlas como trampolín, enfrentando a las distintas clases sociales para desestabilizar, provocar el caos e incluso la guerra fratricida, tal como lo demuestra nuestro trágico pasado.
El hecho de que haya empresarias y empresarios cuyas metas trascienden la expansión y crecimiento de sus negocios para dedicar tiempo, energías, recursos a fin de proyectarse en beneficio colectivo merece la felicitación de todos sus compatriotas, que, ante ese ejemplo por demás altruista, lo secundan y apoyan a plenitud, asimilándolo y multiplicándolo en sus hogares, vecindades, comunidades.
“... La esperanza no está inerte/ni toda la esperanza está pérdida/no ha de volver la imagen de la muerte/a empañar los espejos de la vida!” (Rafael Heliodoro Valle).