Dando seguimiento al tema relativo a la prevención del cáncer, y el consumo de nicotina como una de las causales desencadenantes de esta patología, hoy detallamos cifras del tabaquismo entre nuestros compatriotas en base a estadísticas proporcionadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
No olvidemos que el tabaco es una droga, consecuentemente con los resultados negativos previsibles, lo que implica la implementación de concientización permanente respecto a los riesgos inherentes para quienes lo consumen.
Si bien es cierto que el porcentaje de compatriotas que fuman ha descendido, de más del 20% de la población adulta para el 2000, 15% el 2010, 12.1% el 2024, gracias también lo es que el 22.5% de alumnos matriculados en el sistema educativo público usan cigarrillos electrónicos (”vapeadores”), la nueva modalidad y estrategia introducida por las multinacionales fabricantes de productos contentivos de nicotina mediante publicidad comercial que presenta a los y las fumadoras como personas sofisticadas, amantes de lo novedoso, que asumen riesgos aun si los mismos afectan negativamente su salud, insidiosas formas de captar nuevos adictos entre la niñez y juventud, de esa manera incrementando a muy temprana edad las cifras de adictos y adictas.
Cuando en el hogar los adultos fuman, sus hijos e hijas, por reflejo mimético, tienden a imitarlos, algo similar ocurre con el consumo de alcohol y otras drogas.Fue el 2005 cuando Honduras ratificó el Convenio Marco para el Control del Tabaco, sin embargo, tal legislación restrictiva se aplica irregular y esporádicamente en restaurantes y bares, además de la falta de vigilancia respecto a los “vapeadores” y productos alternativos, por lo que el tabaquismo infantil y juvenil continúa siendo una grave amenaza silenciosa para ese sector poblacional que pronto ingresará a la fuerza laboral y será la encargada de orientar el rumbo y destino de nuestro país.Uno de cada cuatro estudiantes ya consume tabaco o usa cigarrillos electrónicos, muchos iniciándose antes de haber iniciado la etapa adolescente.
No olvidemos que además del consumidor activo está el pasivo: aquel que inhala el humo de los y las fumadoras cercanas a su presencia física, al no hacerlo en espacios abiertos, con lo cual el no fumador también se convierte en enfermo potencial de las vías respiratorias.
En conclusión, recordemos que el tabaco también es una droga, letal y altamente adictiva, lo que requiere de una labor educativa permanente para evitar esta adicción, con repercusiones personales y sociales en la salud además de los elevados costos en el tratamiento médico y en la rehabilitación.
