“Dios le ha mostrado a Jesucristo lo que pronto sucederá, para que él se lo enseñe a sus servidores. Por eso Jesucristo se lo ha comunicado a Juan, su servidor, por medio de un ángel; y Juan ha puesto por escrito toda la verdad” (Apocalipsis 1:1-2, TLA).
Como bien lo nota K.T. Sim, Dios le dio al apóstol Juan un vistazo de lo que tomará lugar en el futuro cuando Jesús regrese para gobernar el mundo como rey e inaugurar la eternidad. No se le olvide, querido lector: Jesús, en su primera venida, no vino para juzgar a los que oyen sus enseñanzas y no las obedecen o para condenar a la gente de este mundo, sino para salvarla (Juan 12:47).
Su mensaje enfatizó su misión de venir a este mundo como siervo a ofrecer salvación a aquellos que crean en Él, a diferencia del juicio que sí se aplicará en su segunda venida cuando regrese como rey. “Satanás y el mundo incrédulo y pecador -escribe Sim- será juzgado y castigado por su maldad y perversidad” (Apocalipsis 4-20).
Por otro lado, el apóstol Juan también vio “un cielo nuevo y una tierra nueva” (Apocalipsis 21:1). Ochocientos años antes, Isaías profetizó que Dios crearía nuevos cielos y nueva tierra (65:17).
Los estudiosos bíblicos dicen que tanto Isaías como Juan están describiendo con esto el “paraíso”, el lugar donde habita Dios y donde Dios vivirá con su pueblo para siempre (ver Apocalipsis 21:3). Jesús llamaba afectuosamente al cielo “la casa de mi Padre” (Juan 14:2).
“Solamente a ‘los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero’ -concluye Sim- les será permitido experimentar la plenitud de la alegría en la casa de Dios” (Apocalipsis 21:27).
¡Dios bendiga a quien tenga en alta estima este mensaje! ¡Y bendiga también a los que lo escuchen y lo obedezcan! ¡Ya viene el día en que Dios cumplirá todo lo que se anuncia en el libro de Apocalipsis!