En el tiempo en el que el profeta Jeremías predicó abundaba la mentira (640-586 a. de C.). Este fue un tiempo en el que los falsos profetas predominaban.
Carlos tiene trabajos esporádicos y apenas sobrevive cada mes. Un día, mientras limpiaba el ático de su abuelo, él se topó con un viejo mapa oculto dentro de un diario polvoriento.
Cuando Abigail vio a David, se bajó del burro y se inclinó cara al suelo, y echándose a sus pies le dijo: “Señor mío, por favor, ¡escuche usted mis palabras, aunque no soy más que una simple sirvienta suya! ¡No le dé usted importancia a las groserías de Nabal!
Un tema al que la Biblia le hace más clara su transparencia es al de las obras de la carne (el deseo de hacer lo malo) y el fruto del Espíritu de Dios, por eso les doy este consejo, escribe el apóstol: dejen que el Espíritu de Dios guíe su vida y no complazcan los deseos de su naturaleza carnal.