Cumpleaños espiritual

Haga de hoy su cumpleaños espiritual al recibir a Cristo como su Señor y Salvador.

“Los que encubren sus pecados no prosperarán, pero si los confiesan y los abandonan, recibirán misericordia. Benditos los que tienen temor de hacer lo malo, pero los tercos van directo a graves problemas” (Proverbios 28:13-14, NTV).

Creo que el mensaje es claro, querido lector: lo trascendental de la confesión y el bien que llega a quienes reconocen sus pecados, lo cual, como es de esperarse, es consistente con la enseñanza de la Biblia en otras partes del Antiguo y del Nuevo Testamento.

Por ejemplo, el Salmo 32 comparte varias ideas con el pasaje de Proverbios en cuestión: “¡Oh, qué alegría para aquellos a quienes se les perdona la desobediencia, a quienes se les cubre su pecado!”; “Mientras me negué a confesar mi pecado, mi cuerpo se consumió y gemía todo el día. Día y noche tu mano de disciplina pesaba sobre mí”; “Por lo tanto, que todos los justos oren a ti mientras aún haya tiempo, para que no se ahoguen en las desbordantes aguas del juicio” (vv. 1, 3, 4 y 6, NTV).

Y 1 Juan 1:9, por su parte, resume los alentadores sentimientos de estos textos del Antiguo Testamento: “Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad” (NVI).

¿Qué concluimos? Que “es poco saludable ocultar nuestro pecado, pero humildemente sacarlos a la luz mediante la confesión y apartarse de ellos conduce a la vida” (A. Jackson). Como decía un predicador, Dios ha hecho todo lo necesario para que estemos en su familia y tengamos una relación íntima con Él.

¿Ha entrado usted en una relación con Dios por medio de la confesión, el arrepentimiento, el temor a hacer lo malo y la obediencia (la obra salvadora de Jesús)? Si no es así, haga de hoy su cumpleaños espiritual al recibir a Cristo como su Señor y Salvador. Sobre todo, querido lector, ahora que el día de su regreso se acerca.

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