Arnulfo sentía que aquella noche algo extraño iba a ocurrir. Lo presentía sin explicarse el por qué. Recargó la cabeza en la almohada y se quedó dormido. Fue entonces, en medio de sus sueños, cuando se le apareció un ángel.
Con voz suave le auguró un futuro grandioso. Le dijo que se le daría la oportunidad de ser inmensamente rico, de tener el respeto de su comunidad, de alcanzar posiciones importantes, y de casarse con una mujer hermosa. Arnulfo se sintió un hombre feliz. Y pasó el resto de su vida esperando que se produjera la ansiada prosperidad y el resto de las promesas.
Pero nada de esto ocurrió, y cuando la muerte lo sorprendió estaba tan pobre como abandonado. Al llegar al más allá reconoció al ángel de sus sueños, y sin poderse contener, le reclamó:
“¡Esperé en vano que cumplieras tus promesas! ¿Por qué me engañaste?”
“Arnulfo, Arnulfo, jamás te engañé. Recuerda que lo que yo te prometí fueron oportunidades, y las tuviste. ¿Has memoria cuando conseguiste el trabajo en el molino de don Antonio? Fuiste tan irresponsable, que te corrió. ¿Recuerdas a Rafael? Entró contigo, pero fue tan diligente que acabó aprendiéndolo todo. Cuando don Antonio enfermó, lo puso al frente del negocio. Con el tiempo lo hizo su socio. Llegó a ser un hombre rico.
¿Y cuándo las aguas del río inundaron tu ciudad? Tú te refugiaste en tu casa, mientras que Raúl se lanzó en auxilio de sus vecinos. ¿Quién consiguió el aprecio y el respeto de la comunidad? Ambos tuvieron la misma oportunidad de ayudar, pero tú la rehusaste.”
Arnulfo, avergonzado, bajó la mirada. Pensó también cuando fue novio de Lucrecia, pero su insistencia en parrandear con los amigos la acabó decepcionando. Ahora veía que esa mujer había sido la oportunidad de la que le habló el ángel en aquel sueño.
Se sentía tan culpable, que resignado preguntó:
“¿Cómo llego al infierno?”
El ángel entonces le explicó:
“El infierno ya lo llevas dentro de ti. Tu castigo será ver hacia atrás, y mirar las oportunidades que dejaste pasar, y que no aprovechaste.”
LO NEGATIVO: No dar valor a las oportunidades cuando las tenemos frente a nosotros.
LO POSITIVO: Comprender que las oportunidades aprovechadas se convierten en éxito. Y las desaprovechadas, en infierno.