Honduras, Taiwán y el desencanto con China: Por qué el debate volvió en plena campaña electoral

  • Actualizado: 27 de noviembre de 2025 a las 12:31 -

Honduras llega a las elecciones del 30 de noviembre con un debate inesperado en el centro de la agenda: la posibilidad de retomar relaciones diplomáticas con Taiwán. Dos candidatos de oposición, Salvador Nasralla por el Partido Liberal y Tito Asfura por el Partido Nacional han puesto el tema sobre la mesa, algo que hasta hace poco parecía improbable en un país que hace apenas dos años, giró abruptamente hacia China con el gobierno de Xiomara Castro (marzo 2023).

Lejos de ser una excentricidad electoral, esta discusión refleja un malestar profundo: el desencanto generalizado con la relación bilateral con la República Popular China, cuyo resultados económicos han sido decepcionantes, opacos, y en sectores cruciales como el camaronero, abiertamente perjudiciales.

En nuestro informe por publicar, “Comercio, Asimétrico con China: ¿Por qué pierde Centroamérica?, ofrecemos datos sobre este fracaso, y además ayuda a entender por qué la idea de regresar a Taiwán resuena hoy con tanta fuerza.

La brecha entre la promesa y la realidad
China llegó a Honduras con un relato seductor: acceso “un mercado gigante”, oportunidades de exportación, inversiones y la promesa de compensar lo que el país perdía al romper con Taiwán. Nada de eso se cumplió.

Según nuestro estudio, las exportaciones hondureñas a China siguen siendo marginales, mientras las importaciones crecen aceleradamente profundizando un déficit comercial estructural que ya afecta a toda la región centroamericana. En 2024, Honduras apenas exportó USD35.87 millones a China, pero importó más de USD2,552 millones, manteniendo una brecha que no deja de crecer.

La relación es como define el informe, abiertamente, asimétrica y “deficitaria para Centroamérica”, pese a las promesas reiteradas de Pekín sobre el acceso a su mercado.

El colapso de la industria camaronera: el inicio del punto de quiebre
El sector camaronero fue el que más confío en el giro diplomático. Se esperaba un acceso inmediato privilegiado al inmenso mercado chino, y durante meses la narrativa oficial del gobierno de Xiomara Castro, insistió en que las exportaciones de camarón serían emblema “del nuevo futuro económico”. Hoy, el resentimiento entre os productores es palpable. Para muchos empresarios, la decisión de 2023 fue un error costoso, cuyo impacto aún se siente en zonas como el litoral Atlántico.

Falta de transparencia y acuerdos que no generan confianza
La confianza del sector privado hondureño en la relación con China, es frágil. El proceso de negociación del tratado libre Comercio lanzado a los pocos meses de establecerse la relación diplomática, profundizó las dudas. Como hemos documentado en nuestro informe, las negociaciones han sido básicamente opacas, apresuradas y orientadas a cumplir objetivos ideológicos, más que económicos. La sensación el empresariado es que:

Los términos del TLC no son equilibrados.China exige acceso pleno, mientras Honduras pide condiciones, diferenciada si recibir respuesta.Y no existe transparencia sobre concesiones, cronogramas, ni impacto previsto en la producción nacional.

No es casual que las negociaciones estén hoy básicamente estancadas. Pekípn presiona; Honduras duda; el sector privado, mayoritariamente, rechaza los términos del acuerdo que apenas conoce.

La salida de Taiwán: un costo que muchos no están dispuestos a olvidar
Más allá de las cifras, hay un elemento emocional y estratégico que ha resurgido: la ruptura con Taiwán se vivió como una pérdida innecesaria y mal gestionada. Antes de 2023 Honduras mantenía con Taiwán relaciones económicas funcionales. El mercado taiwanés tenía barreras mínimas para los productos hondureños, especialmente para el sector camaronero y el agro industrial. Esta ventana desapareció de un día para otro. Para muchos empresarios el coste de perder Taiwán fue inmediato y tangible, mientras que los beneficios prometidos por China nunca llegaron. El retorno a Taipei por tanto, no se discute como un gesto diplomático: también se percibe como una posible recuperación de mercados y cooperación que el país sacrificó sin suficiente análisis.

Un debate que interpela el futuro de Honduras
La discusión electoral sobre Taiwán, revela también algo más profundo: con un presidente de oposición, ganando las elecciones debiera venir un momento de revisión estratégica. Tras dos años de relación con China, los resultados no son sólo pobres, sino que han deteriorado sectores exportadores, ampliado la dependencia de bienes importados, reforzado un ambiente de muy poca transparencia en los acuerdos con China y el gobierno actual y generado desconfianza en una parte fundamental del tejido productivo. En realidad no se trata de coger entre China o Taiwán por afinidades ideológicas. Se trata de evaluar cuál relación aporta valor real al país, cuál reduce la vulnerabilidad económica y cual respeta los intereses de los hondureños antes que los objetivos políticos de potencias externas.

En síntesis, la discusión sobre Taiwán, no es nostalgia diplomática: es una reacción racional ante un modelo de relación con China que ha demostrado ser asimétrico, opaco e incapaz de generar beneficios concretos para Honduras. En vísperas de una elecciones que serán observadas por el hemisferio, el país tiene ante sí una pregunta fundamental: ¿debe Honduras seguir apostando por una relación comercial que genera déficit, más dependencia en el sector primario y desconfianza, o corregir el rumbo hacia alianzas más transparentes y más alineadas con su propio desarrollo?

El debate está abierto. Y por primera vez, en mucho tiempo, lo está por razones que van más allá de la geopolítica: lo está porque la economía hondureña, los datos y la experiencia reciente hablan por sí mismo.

Javier Meléndez Quiñonez,
Director de Expediente Abierto.

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