Así operaba La Rumba, supuesta red que usaba a clientes inocentes para lavar millones en Choloma
La información oficial detalla que la estructura criminal utilizaba como fachada varias tiendas dedicadas a la venta de celulares, usando a sus clientes inocentes para encubrir los delitos. Lo hacían de esta manera
- Actualizado: 11 de diciembre de 2025 a las 13:09 -
Una red criminal que blanqueó más de mil millones de lempiras desde aparentes tiendas de celulares en Choloma fue desmantelada tras meses de vigilancia, según confirmaron las autoridades, que además descubrieron un método insólito para encubrir la extorsión. ¿Cómo operaba este esquema que usó a clientes inocentes para encubrir el delito?
La Dirección Policial Anti Maras y Pandillas Contra el Crimen Organizado (DIPAMPCO) ejecutó cinco allanamientos simultáneos este jueves contra una estructura dedicada al lavado de activos y asociación para delinquir, considerada de alto impacto por su nivel de organización.
La operación, descrita como inédita por su alcance, contó con el apoyo de la Dirección Nacional de Fuerzas Especiales (Dnfe) y la Dirección de Inteligencia Policial (Dipol), quienes participaron en la irrupción de los puntos investigados.
De acuerdo con la información oficial, la estructura criminal utilizaba como fachada varias tiendas dedicadas a la venta de teléfonos celulares, desde donde movían cantidades millonarias sin levantar sospechas.
En coordinación con la Fiscalía Especial Contra el Crimen Organizado (Fescco), se aseguraron cuentas bancarias que superan los mil millones de lempiras, fondos vinculados a actividades de extorsión y lavado de dinero en perjuicio de comerciantes y transportistas del Valle de Sula.
Las investigaciones revelaron que la venta de celulares era únicamente la superficie de un mecanismo cuidadosamente construido para operar de manera encubierta mientras las víctimas desconocían el uso ilícito que se hacía de sus datos.
Los agentes detallaron que, al comprar un teléfono, los clientes se convertían involuntariamente en parte del esquema: personal de las tiendas creaba de forma fraudulenta cuentas de billetera electrónica asociadas a los nuevos dispositivos.
Estas cuentas, registradas a nombre de clientes inocentes, eran utilizadas para enviar mensajes y realizar llamadas de extorsión a terceros, lo que permitía desviar la atención de las autoridades hacia personas sin relación con el crimen.
Gracias a este método, la estructura lograba blanquear dinero de la extorsión mientras dificultaba la trazabilidad de los fondos y complicaba la identificación de los verdaderos responsables.
Las autoridades consideraron este caso como uno de los mecanismos de lavado de activos más complejos detectados en los últimos años, debido al uso instrumental de información personal y cuentas electrónicas manipuladas desde los propios negocios.
La Oficina Administradora de Bienes Incautados (Oabi) asumirá ahora la administración de todos los activos asegurados, incluidos los establecimientos comerciales y las cuentas vinculadas al caso.
Para las instituciones investigadoras, este golpe representa un avance significativo en la lucha contra el crimen organizado en el norte del país y evidencia la evolución de las metodologías empleadas por estas estructuras para mover y ocultar grandes sumas de dinero.